La llegada del sistema de salud llamado IMSS Bienestar se ha enfrentado a fuertes inercias provocadas por la incertidumbre que provocó tanto en el personal que allí se integrará como en los usuarios, sobre todo aquellos que reciben servicios específicos o están en programas puntuales.
Poco a poco se han despejado las dudas y la información disponible señala que el cambio mejorará el equipamiento y la atención que hoy se presta en los hospitales públicos destinados a personas sin cobertura de seguridad social.
Las mismas inercias han retrasado obras como la rehabilitación del mercado Adolfo López Mateos, cuyos locatarios han ofrecido resistencias que retrasan la ejecución del plan.
Otro ejemplo puede ser el arreglo del drenaje en la céntrica calle Degollado. Vendedores ambulantes y locatarios de las plazas vecinas, pero también transportistas, han emitido sus quejas. Sin embargo, todos esos cambios son necesarios para mejorar lo que se tiene y evitar que se pierda más.