Como se ha dicho aquí hasta el cansancio, la secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT, antes SCT) ha dejado una estela de daños a la entidad que parece no terminar nunca.
Los adeudos por el uso de las tierras que cruza la autopista Siglo XXI, las fallas mortales en el paso exprés y la infraestructura inconclusa en varias partes de la entidad han desatado protestas sociales que afectan a decenas, quizá cientos de miles de personas ajenas a la causa del conflicto.
Ayer, otra obra sin terminar provocó el cierre de la autopista La Pera-Cuautla.
Y así seguramente brotarán nuevas inconformidades generadas por esa dependencia federal, en la que nunca se ha sancionado a nada, para mayor burla.