Para quien maneja como títeres a los diputados locales que integran la peor legislatura de la Historia, el que sus homólogos abandonen sus obligaciones para hacer campaña política es “una situación legal y no moral”.
Esa frase dibuja a la perfección la clase de representantes que padece Morelos.
No solo los legisladores se han ausentado del recinto del Congreso sino que también lo han hecho sus trabajadores, lo que dibuja un claro uso de recursos públicos con fines electorales, porque es inviable pensar que toda esa gente solo está de vacaciones.
Solo queda, como aquí se ha dicho reiteradamente, que los electores ejecuten su mandato el próximo 2 de junio y manden a estos representantes al basurero de la Historia, donde quedarán -seguramente- arrumbados.