El proceso electoral en la entidad es todavía incipiente y las quejas por las violaciones a los marcos normativos ya rebasan a la autoridad local en la materia.
Sectores como la comunidad afromorelense son ignorados, y las reiteradas denuncias sobre la usurpación de esas candidaturas demuestran que la representatividad de grupos vulnerables en los poderes públicos es fantasía, así como alimento para el impudor de los institutos políticos.
Por otro lado, el creciente número de quejas por posibles actos anticipados de campaña por parte de los aspirantes a cargos, obliga a replantear la legislación. El desaseo es de origen.