Ayer, el Sistema Meteorológico Nacional anunció el inicio de la segunda ola de calor del año, que en Morelos provocará temperaturas de hasta 45 grados centígrados.
Si esta noticia ya preocupa, debe ser más alarmante el hecho de que las presas y lagunas del estado prácticamente atraviesan por sus niveles históricos más bajos.
Lo anterior debe sacudir las conciencias no sólo de la clase política, sino de la sociedad en general a la hora de utilizar el agua.
Además del uso racional del vital líquido, hay que estar atentos a las recomendaciones para evitar golpes de calor, principalmente entre niños y adultos mayores, que son más vulnerables.
Lo que antes resultaba desconocido, ahora poco a poco se está volviendo familiar: las temperaturas extremas llegaron para quedarse un buen rato, de acuerdo con los estudios, y cada vez la sequía se agudiza más. Por donde se le vea, el asunto debe ponernos a reflexionar acerca del futuro inmediato.