La regulación del comercio en la vía pública ha sido una apuesta titánica desde años atrás en las principales ciudades del estado, principalmente. El fenómeno tiene muchos ángulos y es compleja la solución.
Es arduo también el acuerdo con las organizaciones inmiscuidas en el comercio ambulante, muchas de las cuales tienen intereses inaceptables en ese tráfico.
El ordenamiento de la actividad comercial en las calles, principalmente en el Centro de Cuernavaca y periferia, es un reclamo social que abona a la industria del turismo y al mismo flujo de la actividad económica tendiente a una recuperación común. En tiempos de ratificación de políticas públicas en la capital del estado, los esfuerzos son esperados y alentados.