En la coyuntura del transporte, sobran los reclamos hacia los concesionarios que no están a la altura del servicio que prestan a los morelenses.
Es vox populi la mala calidad del transporte en la entidad. El rezago es ignominioso, pero es la cuestión que queda al margen en los tiempos de discusión de ajustes en las tarifas.
En el caso de los cabecillas del movimiento que pretende el alza en los tiempos políticos presentes, es claro que persiguen otros intereses. El rehén es el ciudadano, representado en múltiples sectores que alzan la voz contra el abuso y la impunidad.
Autoridades, grupos vulnerables, colectivos, estudiantes y abogados se han dejado escuchar en la controversia. El líder transportista ha conseguido un consenso: en su contra.