El triunfo electoral de Donald Trump ya prendió varias alertas en México, a pesar de los mensajes de calma que se han tratado de construir desde el gobierno federal.
Escenarios que parecerían catastrofistas, que visualizan deportaciones masivas de connacionales mexicanos; el endurecimiento de aranceles a productos nacionales y de las negociaciones del T-MEC; además de una posible caída en las remesas, no deben desestimarse.
La presidenta Claudia Sheinbaum deberá buscar una forma creativa de interlocución con el nuevo gobierno del vecino país del norte, pues gran parte de su administración tendrá enfrente a Trump; escenario muy distinto al de su antecesor, que prácticamente tuvo que lidiar con él por espacio de un año, y aun así fueron diversas las conflagraciones.
Ojalá la afirmación de que habrá una buena relación sea, más que un buen augurio, una certeza.