Como lo anunciaron a principio de semana, ayer, miles de docentes salieron a la calle a manifestar su rechazo a la intención del gobierno federal de reformar la Ley del ISSSTE.
La presión fue suficiente para que, en la conferencia de prensa matutina, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, atajara el tema y diera la indicación de pausar la reforma en tanto no se desahoguen las mesas de trabajo con los maestros inconformes.
La titular del Ejecutivo federal aprovechó el espacio y dejó claro que la reforma no tiene la pretensión de afectar los salarios de los maestros ni mucho menos trastocar sus derechos laborales.
Aunque reconoció que la redacción del texto pudo ser confusa y eso originó la inconformidad de una buena parte de los docentes del país, el episodio no deja de tomar notoriedad, pues es la primera ocasión en la que los profesores entran en tensión con el gobierno de Sheinbaum Pardo.
Y es que el magisterio en general viene de un sexenio sin mayores sobresaltos, con el expresidente Andrés Manuel López Obrador.