El partido en el poder no es ejemplo de combate al nepotismo, por lo que la iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum está pausada.
La propuesta presidencial dio pie al escarnio público desde antes de que grupos y redes de poder en el interior de Morena congelaran la iniciativa de reforma constitucional.
La clase política ha burlado históricamente las leyes para impedir el nepotismo en la vida interna de los partidos políticos o la administración pública. Morena ha reivindicado esa práctica con creces.
El proyecto no ataca el problema de raíz, pero sí exhibe los complejos entramados de intereses en el partido oficial.