El acuerdo firmado ayer por el gobierno federal y los gasolineros, aunque tiene una duración formal de seis meses, contribuirá a la estrategia para contener la inflación en nuestro país que -en la primera quincena de febrero- experimentó un ligero incremento, al ubicarse en 3.74%.
La administración encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum hizo un especial énfasis en su estrategia de comunicación para transmitir el mensaje de que se trata de un acuerdo voluntario y no de un control de precios, tan criticado por la visión neoliberal.
Sin duda, la medida beneficiará a las familias mexicanas, pues la gasolina Magna es la que más se consume en nuestro país.
En un contexto en el que los rumores sobre una posible recesión económica toman fuerza, cualquier medida que proteja los bolsillos de la población refleja sensibilidad ante un aparente complejo panorama económico.