Como lo adelantó la semana pasada, la presidenta Claudia Sheinbaum, a través de la Consejería Jurídica, presentó diversas reformas para combatir el delito de desaparición.
Entre ellas, llama la atención lo referente a lo que llamaron “el fortalecimiento de la CURP”, la Clave Única de Registro de Población que todo mexicano tiene.
Desde hace algún tiempo, han querido incorporar a este documento oficial datos biométricos y esta vez no es la excepción. La propuesta versa en agregarle fotografía y huellas dactilares.
El expresidente Andrés Manuel López Obrador intentó este cambio a través de Olga Sánchez Cordero, cuando ocupaba la titularidad de la Secretaría de Gobernación y también como senadora.
Aunque es posible que esta medida podría ayudar a combatir el delito de desaparición, organizaciones defensoras de derechos humanos se han pronunciado en contra bajo el argumento de que vulneraría la privacidad de la población, sobre todo en un caso de filtración o hackeo de datos.
Suena a la vieja estrategia de aprovechar un momento de crisis para presentar propuestas que no gozan de la mejor simpatía colectiva.