Aunque pareciera reiterativo el llamado de las autoridades para extremar precauciones durante la temporada de incendios forestales y así evitar que se pierdan grandes extensiones naturales, realmente es necesario que la población genere conciencia del daño que puede causar con un mínimo descuido.
Desde enero y hasta junio, los estados del centro del país son considerados de alto riesgo de incendios forestales, debido a la sequía.
Tan sólo el año pasado, en todo el territorio nacional hubo un total de ocho mil dos incendios forestales, según cifras de la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez.
Las entidades que más eventos tuvieron de este tipo fueron Estado de México, Ciudad de México y Jalisco, mientras que las de mayor afectación fueron Guerrero, Chiapas, Oaxaca, Chihuahua y Jalisco.
A pesar de que Morelos no se encuentra en esta lista, la inconciencia y la práctica de actividades de riesgo nuevamente provocaron una devastación que en esta ocasión afectó una superficie de aproximadamente 180 hectáreas de bosque de pino-encino, cuyo impacto es incuantificable y afecta lo mismo a la vegetación que a la fauna, suelo, agua y atmósfera.