Mientras, trabajadores del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) buscan lograr el reconocimiento de su propio sindicato, bajo cuyo paraguas pretenden buscar los derechos laborales que afirman, les han sido negados por carecer de una representación.
Ambos casos son anómalos en la entidad, donde grupos mafiosos se arrogan la protección de los trabajadores bajo coberturas fingidas. Habrá que seguir de cerca el desarrollo de los acontecimientos, a fin de conocer si logran influir en la generalidad o se pierden como tantos otros experimentos.