Así dice la fracción séptima del Artículo 115 de la Constitución General de la República y ese párrafo ha sido usado como sustento para imponer el esquema del Mando Único a quince municipios que eran renuentes a continuar allí.
Tal argumento es entonces la admisión de un fracaso, porque no de otra forma debe interpretarse que se considere causa de fuerza mayor la situación que prevalece en municipios que hasta hace cinco días estaban bajo el control del Mando Único.
El problema es que la ciudadanía ha sido tomada como rehén en el conflicto. El gobierno del estado impone un esquema que ya reinaba sin buenos resultados a la vista pero como evidente sanción disminuye los recursos disponibles a los municipios "rebeldes", cuyos habitantes tratan de mantener su vida normal a pesar de que la calidad de la vigilancia, que ha estado lejos de ser la mejor, decrece a la vista de todos.