Lo que se escuchó guarda notables paralelismos con lo que se escucha en la calle. Las voces normalmente discordantes de dirigentes sociales de todo tipo coinciden cada vez más en apuntar al gobernador como causante de la situación de inestabilidad que vive Morelos, ya sea por sus acciones o por sus omisiones.
Y el hecho de que tales señalamientos provengan de todos lados no indica necesariamente que se trate de una campaña de desprestigio, sino de una coincidencia en la necesidad de que muchas cosas se deben corregir.
Lástima que el encargado de la conducción política del estado trate de minimizar a sus rivales en lugar de buscar unir fuerzas para sacar adelante a Morelos mediante la corrección de lo que no funciona, que es mucho a pesar de que con cifras engañosas se muestran condiciones ideales pero que no corresponden a la realidad, sino que pueden ser muy graves si se realiza un análisis más profundo, incluso desde las propias cifras oficiales.