Ayer fue la segunda marcha multitudinaria en apenas dos semanas. Los entusiastas participantes provenían de los sectores más variados, aunque todos estaban unificados por el mismo reclamo: la exigencia de que se revoque el mandato del gobernador, a quien culpan del desvío de multimillonarios recursos, de la inseguridad reinante (por sus promesas incumplidas en la materia) y del deterioro de la vida en la entidad.
Por supuesto, la marcha de este viernes exhibió la apropiación que el gobierno del estado ha hecho de la plaza de armas, vergonzosamente cercada.
Someter a consulta la estancia de Graco Ramírez es una exigencia de quienes realizaron la marcha de ayer, pero también la de hace quince días.
Esa forma de ejercicio democrático, imposible en Morelos mientras no se realicen cambios a varias leyes, curiosamente es promovida por el propio gobernador, quien el pasado jueves sugirió someter a consulta la legalización de la marihuana.
Esa disposición bien se podría extender a todos los aspectos de la vida en la entidad y así Graco Ramírez por fin cumpliría su promesa de someterse al juicio ciudadano de manera periódica.