Como ya se dijo aquí de forma reiterada, la condena hacia esa acción gubernamental no es sólo de la sociedad morelense, sino que es mundial, pues muestra a un gobierno deshonesto e insensible, que no contento con haber hecho lo que hizo, todavía trató de criminalizar a aquellos que exigieron la exhumación para identificar a los cuerpos y tratarlos con dignidad.
Hay un sinnúmero de frases hirientes que hoy la gente lanza en las calles contra el gobernador de Morelos, muchas relacionadas con el asunto de las fosas.
Es de suponer que tal imagen repercutirá negativamente fuera del territorio estatal, pues mañana domingo hay elecciones en varios estados de la república, en varios de los cuales Graco Ramírez hizo campaña -aún en días hábiles- a favor de los candidatos de su partido. Fue el apoyo del gobernador de la corrupción y de las fosas clandestinas. Y eso quizá se pague caro.