Inexorablemente, el simple paso del tiempo obliga a reanudar el contacto directo entre las partes en conflicto, pues el periodo de vacaciones legislativo llega a su fin.
La oportunidad de dialogar abre la puerta a la búsqueda de soluciones, aunque no apagará los reproches porque ese contacto no se dio antes de las reformas.
Sin embargo, es un paso adelante y de llegar a buen término reducirá o evitará las afectaciones a la población en general, ajena a los intereses que hoy están en disputa.