Extrañamente no existe una cultura de pago del agua potable a pesar de lo indispensable que resulta contar con el líquido.
Apenas el 33 por ciento de los más de cien mil usuarios en Cuernavaca cumplen a tiempo con su pago, por lo que las medidas extraordinarias que se deban tomar para remediar esa situación están más que justificadas.
Bastaría con duplicar la recaudación para pasar de déficit a superávit, lo que mejoraría la calida del servicio y garantizaría su viabilidad a largo plazo.