De no haber sido por lo publicado hace algunas semanas por La Uniòn de Morelos (una entrevista al presidente del Instituto estatal Electoral de Morelos, quien recordò que aquel aspirante aun cargo de elecciòn puede ser descalificado si se demuestra que se publicitò antes del tèrmino legal) los Gracos, Adrianes y dem‡s fauna estar’an las 24 horas del dìa en espectaulares, anuncios de radio y TV, bardas, unidades del transporte colectivo y hasta en el papel higiènico Ðy no precisamente en la envoltura- como estuvieron hasta antes de esa publicaciòn.
Pero eso no ha significado que se queden quietos, pues a travès de interp—sitas personas Ðcomo dicen casi siempre los abogados- se dedican incansablemente a construir bases, redes y estructuras para amarrar los mecanismos internos de sus partidos que les daràn primero la entrada a los procesos entre militantes y luego las candidaturas.
Eso, por supuesto, requiere dinero, que allì estò pero nadie contabiliza. El màs claro es el que se desvìa de los recursos pùblicos vìa nòminas y con diversas aportaciones. Pero ni siquiera ese detecta, por lo menos no en esta etapa.
Pero de que aparecera, aparecerà, aunque nunca haya culpables.
Por lo pronto, prep‡rese para una largu’sima jornada electoral, de por lo menos un año, en la que los codazos, las patadas y los piquetes de ojos son de tal intensidad que aœn los no involucrados deben quitarse para no salir lastimados.
Mientras, nuestra sufrida entidad, el pobre Morelos, alli sigue, a merced de los vientos huracanados de la polìtica.