El secretario de Gobierno puede alegar que es un asunto municipal, pero todos sabemos que cuando un problema de esa magnitud se desata, se vuelve un caso de gobernabilidad.
La alcaldía capitalina derrocha optimismo y ojalá las cosas le salgan bien. Pero a estas alturas el gobierno estatal ya debería tener alternativas para depositar tantos desechos y planes alternos de actuación.
Oscar Sergio no puede alegar que acaba de llegar al cargo, porque -como ya he señalado varias veces- estaba en un posición privilegiada como para estar enterado del teje y maneje de lo que ahora es responsable.
Pero bueno, ojalá que las cosas le salgan bien y que no termine culpando a otros.