El alcalde Miguen Ángel Rabadán no ha sido precisamente el más destacado de sus 32 colegas restantes y en general ese cabildo no ha sobresalido por sus luces, excepto a la hora de demostrar su capacidad para saquear el erario.
Por todo lo anterior debe entenderse que es desde el gobierno del estado (perredista, como el gobierno municipal de Jiutepec) donde se da la autoría de esa enorme idea.
La controversia constitucional puede bloquear, así sea temporalmente, que la UAEM reciba cientos de millones de pesos el año próximo, lo cuál daría un respiro a las arcas estatales, que se han agotado con todos los pendientes ocultos que dejó la anterior administración.
Por supuesto, en términos morales puede decirse que la jugada carece de escrúpulos, porque atenta contra todo el esfuerzo realizado por una institución que en los últimos años ha sufrido el acoso presupuestario del gobierno federal.
O sea, el alcalde no tiene ni abuela, pero el premio que recibirá por sus hechos bien vale someterse –una vez más- a los gritos del respetable.
Por lo pronto, sé de buena fuente que desde ayer la comunidad universitaria le dice desde la tribuna: “Rabadán Calderón: La porra te saluda…”