El hombre moreno de pelo corto, ataviado con una camiseta color beige como lo establece el reglamento del Penal de Atlacholoaya, comenzó con el relato que dejó azorados a los miembros de la Fiscalía, a los policías que lo custodiaban y al propio Juez:
“Quiero declarar que el homicidio que cometí lo hice a cambio del pago de 200 mil pesos y la promesa de que cuando hubiera acabado el jale me completarían un millón de pesos y las personas que me contrataron fue el señor Cuauhtémoc Blanco, un hombre de acento español y otro gordo”.
El homicida confeso, de nombre José Fierro Escobar, dijo ante el Juez que quien lo puso en contacto con las personas antes mencionadas para ese “jale” fue un sujeto de nombre Guillermo Verónica Ortíz, apodado “El Norteño” y a quien conoce desde muy joven porque ambos son originarios del municipio de San Miguel Totolapan, estado de Guerrero.
Describió a “El Norteño” como un sujeto moreno, flaco y alto. Cuando el fiscal lo cuestionó sobre el paradero de ese hombre, el imputado contestó que sólo sabe que en Cuernavaca vive una prima de Guillermo, de nombre Francisca Verónica Bello, y que se comunicaban a través de Facebook.
También, señaló como parte de este plan para ultimar al joven empresario Juan Manuel García Bejarano al sujeto que identifica como Eusebio Romero Figueroa, apodado “El Michoacano”, que fue quien acudió hasta el estado de Jalisco para ofrecerle el trabajo.
Sin mencionar la fecha exacta, el asesino a sueldo refiere que llegó a Morelos en autobús, y que fue llevado por “El Norteño” y “El Michoacano” a una casa de la que no sabe su ubicación y sólo recuerda que la barda era color crema y un portón negro.
Ahí aseguró haber visto llegar al futbolista Cuauhtémoc Blanco, “vestido con sudadera, pants y tenis” y los dos hombres ya descritos, quienes le explicaron que el trabajo “no debía de fallar”, y en ese momento le entregaron 200 mil pesos.
Cuatro días antes del homicidio, fue sacado de la casa y llevado a un hotel del que no recuerda mayores características.
El jueves 6 de abril de 2017 “Guillermo me entregó una pistola y me llevó hasta el lugar donde se realizaba la cabalgata. Ahí me dejó y después me habló para decirme cómo iba vestido el chavo y en qué caballo iba”.
Ya ubicado, dice que se le acercó por la espalda y le disparó de abajo hacia arriba en varias ocasiones, y después se echó a correr pero fue detenido por los participantes de la cabalgata.
Al terminar la declaración del imputado el Juez Rodríguez Apac ordenó que la audiencia se hiciera pública nuevamente, por lo que un empleado de seguridad salió a la calle a gritar a los reporteros que podían volver a entrar.
Una de las pocas personas que escucharon la “confesión” del asesino a sueldo le entregó a este columnista una hoja de papel con los principales datos de la declaración privada. Inmediatamente salí del edificio y subí a Twitter el siguiente mensaje: “Ante Juez, Jose Fierro Escobar involucra al presidente municipal de Cuernavaca en el homicidio del empresario de la feria”.
Según una fuente de la Fiscalía General de Justicia, el plan era que al concluir la audiencia, con el señalamiento de José Fierro el fiscal Javier Pérez Durón (sobrino de Graco) solicitaría al Poder Judicial una orden de aprehensión acompañada de una orden de cateo para detener al entonces alcalde Cuauhtémoc Blanco, pero al divulgarse el contenido de la declaración privada hubo demasiado revuelo en los medios de comunicación y se abortó el plan.
El asunto ya no tuvo efectos legales, pero sí mediáticos. El entonces gobernador Graco Ramírez se encargó de ello. De viaje en Los Ángeles, declaró a un medio de comunicación que el homicidio había sido ordenado por Federico Figueroa, hermano del cantante Joan Sebastian, y que la feria de Cuernavaca estaba siendo disputada por grupos de la delincuencia organizada.
Luego, en la ciudad de México, al ser entrevistado por la prensa nacional sobre el tema, contestó:
”...Pero lo que quiero decir es que, lo que dijo el asesino, el homicida de este empresario, lo dijo ante el Juez, no una declaración ante el Ministerio Público. Lo dijo ante el Juez. Él señaló y lo que dijo lo dijo él mismo ante el Juez sin ninguna presión. Describió los encuentros describió todo eso…”.
Sin embargo, el 12 de enero de 2008, el mismo José Fierro Escobar se desdijo totalmente de su primera versión.
"Estando en el área de locutorios me visitaron unas personas que se hacían pasar por mis abogados que estaban llevando mi caso y me presentaron un papel que decía que el señor Cuauhtémoc Blanco y el señor José Manuel Sanz, de origen español, Édgar Ríos Pérez, que supuestamente (habían ordenado el asesinato)... y que yo me grabara esas palabras para que lo declarara y realmente quiero poner en claro que estas personas no tienen nada que ver en este problema,” declaró ante la juez de control Gabriela Acosta, en una audiencia privada.
El pasado sábado se cumplieron dos años del cobarde asesinato y el autor material ya ha sido sentenciado a 45 años de prisión.
Sin embargo, a la fecha sigue sin conocerse quién y por qué ordenó terminar con la vida del joven empresario, hijo del también empresario y líder sindical Jesús García Rodríguez. Tampoco se sabe la identidad de los “abogados” que visitaron al detenido en la Fiscalía y le pidieron que involucrara al hoy gobernador.