“Amigos periodistas yo tengo, pero de los verdaderos; de Jesús Blancornelas y Julio Scherer para arriba”, contestó Capella con un tono de soberbia.
La anécdota va por si nos lee vía internet algún colega de Quintana Roo, donde actualmente se desempeña como jefe de la Policía el tijuanense. No esperen nunca un gesto de amabilidad o amistad con éste personaje, pues desprecia profundamente a los medios locales, pero atiende muy bien a los medios nacionales.
Su favorito es Milenio. Fue ese medio el que le ayudó a crear el mito que lo hizo famoso, aquel que hablaba de un ataque de sicarios a la casa de Capella y que él solito resistió haciéndoles frente con un arma larga de uno de sus escoltas.
A partir de entonces, cada que su corporación tiene algún logro destacado, después de comunicárselo al gobernador que lo contrató le telefonea a Carlos Marín para que lo entrevisten en el segmento noticioso más próximo de Milenio.
Columnistas nacionales como Héctor de Mauleon y Francisco Zea recibían copias de documentos sustraídos de carpetas de investigación que legalmente nunca hubieran podido obtener los periodistas mencionados.
Pero bien dice el dicho que “quien a dos amos sirve con uno queda mal”, y así le ocurrió a Capella.
Cuando mataron a la presidenta municipal de Temixco, Gisela Mota Ocampo, el uno de enero de 2015, el gobernador Graco Ramírez –astuto y perverso como siempre- quiso utilizar el crimen para sacarle ventaja política, y declaró a los medios nacionales que el atentado había sido una reacción del crimen organizado en contra de su proyecto de Policía de Mando Único.
Nada más falso, pues todos los temixquenses sabían que Gisela ganó la candidatura en contra de la voluntad de Graco, quien se quedó con las ganas de hacer alcalde a David Martínez, el otro precandidato, y que ella nunca estuvo de acuerdo con ceder el mando de la policía al gobierno estatal.
Y mientras Graco y su gobierno trataban de mostrar a una Gisela Mota idealista, Alberto Capella le revelaba a sus columnistas consentidos la realidad: que a la alcaldesa la mandó matar un cartel porque no aceptó trabajar con ellos.
Una tarjeta informativa con santo y seña de la relación de Gisela Mota con el supuesto narcoempresario Fabián Real Maldonado llegó a manos de Mauleón, quien lo publicó en El Universal.
Otra tarjeta informativa que le mandó Capella a su amigo Mauleón se refería a la supuesta participación del cantante Joan Sebastian en una red de trata de personas en Guerrero. Su publicación le valió al columnista una millonaria demanda de la familia del fallecido cantautor, misma que se resolvió hace poco a favor del periodista, al considerar el juez que el único legitimado para demandar era Joan Sebastian, quien ya está muerto.
Francisco Zea escribió recientemente en Excelsior que se encontró a Cuauhtémoc Blanco en un restaurante de la capital del país.
“Ante los importantes desencuentros que hemos tenido, derivados de su activismo en contra de Alberto Capella, execretario de Seguridad Pública de Morelos y actualmente de Quintana Roo, quien es mi amigo y respeto su trayectoria y trabajo, y ante su reclamo por mi crítica a su desempeño como gobernador y a las deterioradas cifras en materia de seguridad en su entidad, le propuse que me diera su celular y que, en un entorno más propicio, discutiéramos la información que al respecto de Capella dice tener”, escribió.
Luego refiere que el ex futbolista se negó a darle su número de celular, y le advirtió que a Capella se lo iba a chingar.
El columnista reiteró su defensa al tijuanense:
“Ya estuvo bueno de estar manchando el buen nombre de alguien que está exponiendo su vida por la seguridad de los quintanarroenses. Si tiene pruebas, que las exhiba y, si no, que pare de poner en peligro a quien sí trabaja por los ciudadanos”.
A cambio de ello, el jefe policiaco invitó al columnista nacional a presenciar el espectáculo de Marco Antonio Solís en Jardines de México, el pasado sábado. Llegaron juntos en una Durango negra y se retiraron juntos, según lo publicó el propio Zea en su cuenta de Twitter.
Lo anterior, después de que alguien descubrió al regordete personaje entre el público y subió unas fotografías, diciendo que había llegado a bordo de un helicóptero.
“Alberto Capella el titular de @SSP_QROO llegó y se retiró en una Durango negra 2013 placas 493, que hasta donde conozco no vuela. Lo sé por qué es mía”, tuiteó el periodista.
Y ya de pasada “balconeó” a la persona que sí llegó en un helicóptero:
“En el helicóptero Augusta 109 de un empresario mexiquense voló Verónica García”, acotó Francisco Zea.
Y en un intento por justificarse, Alberto Capella publicó que “además de funcionario público, soy una persona con vida familiar y social. Ayer durante el Concierto de Marco Antonio Solís , vía telefónica atendí decenas de llamadas relacionadas con mi responsabilidad en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP)”, tuiteó Capella.
HASTA MAÑANA.