El tabasqueño les pagó con cargos en el gobierno para sus respectivos maridos y las siguió impulsando a ellas con miras a puestos de mayor envergadura incluso -¿por qué no?- la Gubernatura. La primera se dio cuenta que venía la ola morena y se cambió de partido a tiempo. La segunda presentó su renuncia ayer al Partido de la Revolución Democrática. Ambas tendrán que pagar las consecuencias de haber trabajado muy cerca de Graco.
Sí, hablamos de Lucía Meza Guzmán y Hortencia Figueroa Peralta, las mujeres más cercanas al entonces candidato a la Gubernatura por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), Graco Ramírez Garrido Abreu.
Una en la zona oriente y otra en la zona sur de Morelos, las dos mujeres le proveyeron de miles de votos al candidato perredista.
El esposo de Hortencia fue designado responsable de los juicios orales en Morelos en tanto que el de Lucy quedó en una Subsecretaría de Gobierno, aunque su principal actividad siempre fue la de “couchear” a sus respectivas esposas.
También tienen como característica común el que provienen de lo que Colosio llamó “la cultura del esfuerzo”. Hortencia es hija de un obrero del ingenio de Zacatepec, estudió Derecho y entró a la Procuraduría de Justicia como auxiliar de Ministerio Público. Su carrera comenzó a ascender a partir de que llegó a la Fracción Parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática como asesora jurídica. Y de ahí para arriba.
Si algo se le tiene que reconocer a Hortencia es que tomó en serio su papel y dedicó su vida al trabajo político. Como se diría coloquialmente, “le apostó todas sus canicas” al proyecto de Graco Ramírez y su hijastro Rodrigo Gayosso, y tuvo que asumir las consecuencias de sus actos.
En varias ocasiones tuvo que disciplinarse. Al concluir su administración municipal en Jojutla se entendía que el siguiente escalón natural era la diputación federal, dado que ya había sido diputada local. Pero no le dieron la candidatura porque iban en alianza con el Partido del Trabajo y el lugar le correspondía a Tania Valentina, quien finalmente perdió con Rosalina Mazari.
Como “premio de consolación” le dieron la diputación local, pero no cualquier curul. Se convirtió en el artífice del gobernador al interior de la LIII Legislatura, y le cumplió casi todas las indicaciones, sobre todo cuando diputados de otros partidos de oposición comenzaron a pasarse al PRD y hasta uniformaditos los traían.
Uno de los episodios que desde nuestro punto de vista personal originó mayor desgaste para la diputada, fue el pleito que se aventó con el rector de la UAEM, Alejandro Vera Jiménez.
El 13 de julio de 2016 se publicó en diversos medios nacionales que el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Alejandro Vera Jiménez, denunció públicamente lo que consideraba un “atentado a la autonomía de la máxima casa de estudios” por parte del gobernador Graco Ramírez Garrido, través de la lideresa de la bancada perredista, Hortencia Figueroa, “quien se ha convertido en el instrumento de golpeteo y constante amenaza a la Máxima Casa de Estudios de Morelos”.
Y es que un día antes había sido presentada una propuesta de “Reforma al Tercer Párrafo del Artículo 121 de la Constitución Política del Estado de Morelos que reconoce el carácter de organismo público autónomo a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos”.
El rector explicó que, aunque parecía una reforma de matiz, en realidad tiene dos implicaciones muy serias, pues tocaría al Congreso del estado la facultad de remover al rector de la UAEM, e incluso a los titulares del Consejo Universitario y de la Junta de Gobierno de la UAEM, con lo que prácticamente se cancelaría la autonomía universitaria.
“Es por ello que esta iniciativa, de ser aprobada por el Congreso local, cancelaría todo viso de autonomía de la UAEM, sometiéndola a los designios del Legislativo, cuya mayoría simple responde hoy de forma incondicional al titular del Ejecutivo estatal. Sin duda, esta propuesta de reforma que presenta el PRD-Gobierno, a través de la diputada Hortencia Figueroa Peralta, representa la más agresiva iniciativa contra la Comunidad Universitaria”, advirtió Alejandro Vera.
La iniciativa no pasó y Hortencia quedó mal ante la institución que la formó como abogada.
Si Rodrigo Gayosso hubiese ganado las votaciones del 2018 Hortencia Figueroa fuera una de las mujeres más poderosas del estado. Pero ya todos sabemos lo que ocurrió. Ganó Cuauhtémoc Blanco y hoy hay una persecución contra todo lo que huela a Graco Ramírez, y aunque el autor intelectual de todo sigue tan campante ya comenzaron a surgir las primeras órdenes de presentación contra ex funcionarios de primer nivel.
Hortencia Figueroa tiene la calidad de imputada en por lo menos tres carpetas de investigación, una de ellas ya judicializada. Culpable o no, sabe que es la consecuencia de haber trabajado tan de cerca con el equipo que perdió las elecciones, y que en política “el hilo se corta por lo más delgado”.
Ayer, Hortencia Figueroa fue personalmente a las abandonadas oficinas del PRD. Entregó una carta de tres párrafos. “Que por medio del presente escrito y para todos los efectos legales a que haya lugar, por motivos de índole estrictamente personal, vengo a presentarle mi renuncia irrevocable a la militancia que he tenido en el PRD por más de 22 años”. No dice más.
Le pregunté vía Whatsapp sobre los motivos. Me contestó que “cierro un ciclo de mi vida”. Le insistí en que si se afiliaría a Morena y logré arrancarle un párrafo de declaración:
“No es momento de definirse por otra fuerza política (o sea que no lo descarta, sólo es cuestión de tiempo), cierro un ciclo de mi vida, dentro de los motivos que tengo, estoy convencida que el PRD ha dejado de representar de manera efectiva los principios por los que se fundó. Me formé políticamente en el PRD y trabaje para la gente desde los cargos que ocupé, siempre tuve la convicción de servir a los demás y seguiré participando desde otras trincheras en la construcción de un Morelos en paz”, me contestó y se despidió.
Percibí cierto sentimiento de que entregó todo por un partido político que hoy la abandona a su suerte y no le da ni para pagarle a los abogados que la defienden.