La conclusión a la que llegamos después de escuchar a varios entrevistados es que el nuevo ombudsman no tiene experiencia ni preparación académica en materia de derechos humanos, pero es un hombre institucional que no causará problemas a nadie. Por eso tiene la aceptación del Ejecutivo, del Legislativo y del grupo de “los notarios”, que cada vez agarran más fuerza en la entidad.
¿Qué fue un empleado de Graco Ramírez? Sí. Pero también lo fue de Marco Adame Castillo. Es el empleado perfecto al que le puedes encargar un trabajo que te lo va a tener a tiempo, bien hecho y sin el riesgo de filtraciones.
Una de las personas que mejor me habló de él fue Jorge Messeguer Guillén, quien como secretario de Gobierno fue su jefe en la Dirección Jurídica de esa dependencia. Se lo heredó el PAN, pero los notarios hablaron tan bien de él que decidió dejarlo en el mismo cargo y comprobó su eficiencia.
Uno de los trabajos que le encargaron fue documentar las irregularidades del entonces notario público número ocho, Alfredo Gutiérrez Quintanilla (QPD). Fue tan precisa su investigación que hasta los notarios que defendían a Alfredo terminaron por reconocer que éste debía dejar el cargo.
Otro dato importante: trabajó con Mirna Zavala Zúñiga en la Auditoría Superior Gubernamental del Congreso Local. Eso nos da una idea de por qué fue palomeado por el Ejecutivo.
No es gente de Graco. Cuando se dio la repartición de ocho nuevas notarías Graco Ramírez sólo pidió que se le garantizara un lugar para su secretario de Administración, Alberto Javier Barona Lavín, y dejó libres los demás lugares. No fue difícil para el hoy ombudsman conseguir una constancia como practicante en la Notaría de Patricia Mariscal y pasar los exámenes de conocimientos, pues es licenciado en Derecho por la Universidad de las Américas y maestro en Derecho Procesal Penal por la Universidad Panamericana.
El ser notario no le impide buscar la presidencia de la CEDH, sólo tuvo que pedir licencia. Por primera vez en la historia de Morelos tendremos a un notario con licencia como fiscal general del estado, y otro notario con licencia como presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la entidad. Ambos forman parte de la misma “cofradía”.
La noticia de su designación no fue bien recibida por la opinión pública. Su foto donde aparece sonriendo junto a Graco Ramírez inundó las redes sociales.
La razón es que, en comparación con los demás 22 aspirantes, Raúl Israel es el menos conocido. Y cómo iba a ser conocido si se pasaba horas trabajando como un “godín” en la oficina que se ubica en la calle Gutemberg (frente a lo que era Harrys). Nunca dio entrevistas, no pertenece a ninguna organización de abogados, no va a fiestas.
La decisión de los diputados fue contra toda lógica. Si se suponía que estaban por la equidad de género la designación debió ser a favor de cualquiera de las cuatro mujeres que incluso ofrecieron una conferencia de prensa para exigir que si el último ombudsman fue hombre, le correspondía a una mujer ocupar ese cargo. María Ampudia, Clara Soto Castor, Yolanda Gutiérrez Vélez y Kenia Lugo Delgado, estuvieron en esa conferencia. Cualquiera de ellas habría hecho un buen papel y habría congruencia de las diputadas.
Ahora que si se trataba de designar al que tuviera mayor nivel académico ahí están los doctores en Derecho Lucio Rubio Antelis y Antonio Sorela Castillo, ambos autores de libros y éste último editor de la Declaración de los Derechos Universales en náhuatl.
Si se deseaba experiencia quedaban “como anillo al dedo” el panista Ascensión Pacheco Godínez o el priísta Oscar Puig Hernández.
Si se hubiera querido privilegiar la trayectoria dentro de la CEDH ahí estaban Joel Reyes y Gerardo Salgado, visitadores de la institución que también se inscribieron.
Y si se hubiera querido que el ombudsman siguiera siendo como un “rock star” o que apareciera en todas las páginas de sociales, pues entonces hubieran votado por Jorge Arturo Olivarez Brito. Cuando publicamos en Facebook que los reporteros van a extrañar a Olivarez Brito lo dijimos con conocimiento de causa. Mientras que Olivarez goza de los flashes y las entrevistas, verán que a Hernández Cruz le tendrán que sacar las declaraciones “con tirabuzón”.
En conclusión, todo parece indicar que el joven abogado supo convencer a todos de que tiene todo para ser un buen defensor de los derechos humanos, y hasta podría aportar varias iniciativas de ley que los diputados podrían aprobar y “pararse el cuello”.
Eso sí, va a remar contra corriente porque mientras que a Clara Soto Castor la apoyaban una docena de organizaciones sociales y a Oscar Puig hasta un mitin de apoyo al viejo estilo priísta le hicieron, a Raúl Israel no lo conocen ni en su colonia.
Ya hecha la designación los diputados tuvieron que defender su voto y rechazaron haber recibido línea y mucho menos algún beneficio económico. “Es muy desgastante y muy triste que te esfuerzas como legislador, que estás en el Congreso, que estás en la calle con la gente, y que salgan con estas…situaciones pues sí daña”, declaró la diputada Keila Figueroa, luego de comentar que un ciudadano le preguntó por redes sociales que cuánto le habían dado por su voto.
Marcos Zapotitla fue uno de los que más lo defendió. Insistió en que es mejor que todos los demás aspirantes y que no se le debe estigmatizar por haber trabajado en “un gobierno lleno de corrupción”.
“No soy Ministerio Público ni tampoco soy la autoridad competente para hacer esas investigaciones”, contestó molesta la diputada Blanca Nieves Sánchez Arano cuando la cuestionaron sobre la supuesta existencia de una orden de aprehensión en contra de Raúl Israel Hernández.
“¿Y por qué no votaste por Kenia Lugo que es mujer y es de tu mismo partido?” le reclamó un usuario de Facebook.
A decir de varias diputadas, cuando vieron que ninguna mujer reunía los votos suficientes para ganar, decidieron desistir de sus pretensiones de tener una “ombudswoman”.
Por cierto que una de las más contentas con la designación de Raúl Israel fue la diputada Rosalinda Rodríguez, quien de inmediato agarró lugar a un lado del recién designado para salir en la foto de la toma de protesta.
Las únicas que no votaron (de ahí que el marcador haya sido 17-0) fue la jovencita Cristina Xochiquetzali que tuvo algo más importante qué hacer en su natal Zacatepec; la recién baleada Ericka García (por obvias razones) y doña Elsa Delia González, quien sí asistió pero no quiso participar en la votación después de que no pudo incrustar en la CEDH a su ex empleado Luis Ortíz.
HASTA MAÑANA.