Ya no es Pedro, Juan ni María, ahora es la señora diputada o el señor diputado, y todos juntos conforman una desprestigiadísima institución que no avanza, o sólo avanza hacia donde les conviene.
Conocemos a varios legisladores, de ésta y de anteriores legislaturas. Como personas son excelentes, amables, hasta divertidas, pero cuando actúan como representantes populares, entonces se transforman en mercenarios, en vividores de la política.
Me imagino que al principio tienen toda la intención de no ser lo que criticaron, de recibir a todos los ciudadanos que quieren verlos, de rechazar toda forma de dádiva, pero “el sistema” los va envolviendo y cuando se dan cuenta ya son igual que todos y todas. Es entonces cuando se percatan de que la fabulosa quincena que reciben sólo dura tres años, y que si no aprovechan este periodo pueden quedarse otra vez como llegaron.
Sólo conocemos a una persona que no se enriqueció siendo diputado. Se llamaba Ignacio Suárez Huape, y cuando terminó su legislatura vivía en la misma casa, vestía igual y creo que conservaba el mismo vehículo. Pero Nacho era una excepción a la regla en todos los aspectos.
Creo que el profesor Isaías Cano Morales también fue muy modesto en su forma de vida como diputado, pero de ahí en fuera no hay diputado que aguante la tentación de ir con su nombramiento de diputado a solicitar un vehículo nuevo a la agencia automotriz y mientras más lujoso mejor.
Ya hemos escrito hasta el cansancio de la anterior legislatura y su “cleptomanía aguda” al grado de llevarse hasta las tazas de los baños de la sede que estaba en el Centro y la venta en remate de los vehículos oficiales, además de no pagar Instituto de Crédito, luz, agua, absolutamente nada. Consideramos que la LIII Legislatura será un verdadero “monumento a la corrupción” sobre todo por la forma como se repartieron pensiones jubilatorias con documentos falsos y muchas irregularidades.
Afortunadamente la impunidad no ha sido total y ya hay personas bajo proceso, no solamente diputadas sino también beneficiarias de las pensiones irregulares, y recientemente la Fiscalía Anticorrupción dio a conocer que el que fuera director de recursos humanos del municipio de Puente de Ixtla, Sergio Talavera Abarca, también está yendo a firmar.
Con esos antecedentes, todos pensábamos que la nueva Legislatura sería diferente, sobre todo porque está conformada mayormente por mujeres, pero oh decepción.
Hay situaciones de forma y de fondo. Si hablamos de lo primero, quedará en el anecdotario que una diputada priísta acusó a su homóloga petista de llegar en estado de ebriedad al Congreso; que una diputada denunció penalmente a un diputado federal porque la llamó “Maestra Canuta”, o que al final del periodo ordinario las diputadas y diputados, cual si fuera un partido de futbol que ya terminó “intercambiaron playeras”, y una que entró por el PES ahora juega para el PMC y el que era de Morena “fue fichado” (así se dice en términos futbolísticos) por el Partido Encuentro Social o como se llame.
Ojalá fuera solamente eso que nos provoca hilaridad y que queda para el anecdotario. Pero no.
Ya estamos a mediados de septiembre y no se han podido poner de acuerdo sobre la integración de la Junta de Gobierno y en las comisiones nadie quiere dar su brazo a torcer.
Ayer trascendió que Tania Valentina Rodríguez sufrió un revés en la justicia federal al negársele por notoriamente improcedente su petición de amparo para seguir siendo presidenta de la Junta Política, pero seguramente no se va a quedar con los brazos cruzados.
La diputada Alejandra Flores es quien se vislumbra para ocupar el lugar de Tania.
La hija de Luciano Flores, como toda persona, tiene virtudes y defectos. Por cuanto a lo primero, una vecina de Chamilpa me contó un detalle que la entonces candidata a diputada nunca publicitó:
“En la vía estaba ella con al menos seis de su equipo, todos vestidos con ropa de campaña política. Nos preguntó cómo podía ayudarnos y la que contestó fue una chica de 14 años pidiendo espacios deportivos. Le preguntó que por qué no hacía algo en la vía como una ciclopista, canchas o columpios. Alejandra le contestó que no era viable porque se trataba de una zona federal”.
“Pero veremos qué se puede hacer si llego a la diputación”, comentó la candidata.
“Pues podría empezar por unos tenis”, dijo en tono de broma la niña mientras mostraba sus tenis rotos. Todos rieron por la osadía de la adolescente.
Unos días después llegó un vehículo al mismo lugar. Se bajó Alejandra Flores vestida “de civil”, pues la campaña había terminado. Preguntó por Nayeli y le indicaron cuál era su casa.
Tocó, le abrieron y entregó una caja conteniendo unos tenis nuevos. No hubo testigos, nadie tomó “foto pal face”, solamente la satisfacción de haber ayudado a alguien que realmente lo necesitaba.
Esos detalles hablan muy bien de la posible presidenta de la Junta Política y de Gobierno de la Cámara de Diputados.
No así el hecho de que cuando ella fue directora de comunicación social del Congreso, se resistió hasta las últimas consecuencias a entregar la lista de proveedores. Fue hasta que llegó el entonces panista Javier López Sánchez (hoy brazo derecho de Tania Valentina) quien abrió todos los archivos y entregó las facturas solicitadas.
Por otro lado, si es que logra quedarse en esa posición, que no le pase lo que a la diputada Xochiquetzal, del Partido Humanista. Que sea ella la que decida las cosas y no su señor padre.
HASTA MAÑANA.