“La evolución del outsourcing está sentado sobre bases falsas, está creciendo y aparentemente es un excelente negocio pero van en contra de la ley, así que tarde o temprano tendrán que asumir las consecuencias”, dijo el ex presidente del Tribunal Superior de Justicia y de la Junta Local de Conciliación, al presentar su examen profesional para obtener el grado de doctor en Derecho y Globalización.
Outsourcing es un término del inglés que podemos traducir al español como “subcontratación”, “externalización” o “tercerización”. En el mundo empresarial, designa el proceso en el cual una organización contrata a otras empresas externas para que se hagan cargo de parte de su actividad o producción.
En México surge la Ley Federal del Trabajo en 1931 como una forma de contrarrestar los abusos de los patrones en contra de sus trabajadores. Sin embargo, muchos años después los trabajadores (asesorados por abogados laboralistas o “coyotes”) abusaron de las bondades de esa ley para su beneficio personal.
Hay innumerables ejemplos de empresarios que perdieron parte de su patrimonio por una demanda de una trabajadora doméstica o un jardinero. Y es que la legislación laboral deja en el patrón la carga de la prueba, y hasta hace unos años mientras más tardara en resolverse un juicio, más se elevaba el monto de lo reclamado pues existían los llamados “salarios caídos” hasta que la deuda era impagable y terminaban rematando casas y negocios.
Para contrarrestar esos abusos surgen los denominados “outsourcing”, sobre todo para la contratación de empleados en puestos que no son muy comunes y que son difíciles de conseguir en un país. Fiscalmente también ofrece algunas ventajas, de ahí que en los últimos años sea común que una empresa importante en lugar de contratar 200 trabajadores a los que les tiene que dar Seguro Social e Infonavit, y los que tienen derecho a formar un sindicato e incluso irse a huelga, contrata a 10 empresas que le proporcionarán los servicios que necesita pero sin que exista –aparentemente- relación laboral.
Pero esas empresas operan en la ilegalidad y el engaño. Es lo que sostiene Víctor Manuel González Cianci en su tesis intitulada “Las Empresas de mano de obra outsourcing y los derechos fundamentales ante la globalización”, que seguramente se convertirá en libro como su obra anterior “Taller de Relaciones Laborales” que ya va en su segunda edición.
“Bienvenido el outsourcing, pero que se ajuste a la ley, porque si el progreso económico de un país depende de que se omita el cumplimiento de la ley laboral, el progreso se volverá muy efímero, porque todos esos empresarios que ponen como condición para invertir en un país que no tengan tratos con trabajadores, es decir, que no les apliquen la Ley Federal del Trabajo, pues los gobiernos que se lo prometan no van a poder cumplirles porque tendrán tantos juicios laborales que se van a volver a ir y los que se quedan será por que cumplen la ley”, dijo González Cianci.
Y remató: “El intermediarismo es obvio, grotesco e insultante”.
Puso como ejemplo que en una agencia de automóviles donde hay departamentos de ventas, cobranza, taller mecánico, etc., sólo hay tres empleados, todos los demás son del outsurcing. “Se está burlando a todas luces y a ojos vistos la relación laboral, creen los de la agencia que no tienen trabajadores, pero se están autoengañando”.
Por otra parte, cabe mencionar que en el paquete fiscal 2020 se propone a los diputados y senadores revisar y modificar la Ley del IVA, a fin de cerrarle el paso a la evasión por medio del outsourcing.
A pesar de que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) contaba con un aplicativo que beneficiaba a 300 mil empresas para verificar que el outsourcing cumpliera con las obligaciones fiscales y laborales, no evitó que ambos le dieran la vuelta a la ley.
Por lo anterior, en el proyecto que presentó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se pone a consideración del Congreso que a partir del próximo año las empresas y personas físicas con actividad empresarial que recurran a esta alternativa de subcontratación laboral calculen, retengan y enteren al fisco el IVA que les trasladen.
“Es común que las firmas contraten a otras que ofrecen servicios de subcontratación laboral, con el fin de lograr mayor eficiencia en sus procesos. No obstante, se detectó un abuso a través de esta figura legal que tienen los patrones para no contratar directamente a su personal”, dice el documento en poder de este columnista. En la exposición de motivos se pondera que se ha observado que las empresas de outsourcing no cumplen con el entero del IVA trasladado.
En suma, las empresas mexicanas deben analizar seriamente si la contratación de outsourcing es la solución a sus problemas o más bien es un "espejismo” que a final de cuentas les va a causar más conflictos que si hubieran contratado directamente a su personal y les cumplieran sus derechos laborales al pie de la letra.
La tesis de González Cianci es un texto (ojalá que muy pronto al alcance de todo público) que advierte sobre los riesgos de la subcontratación o intermediarismo sin respetar la normatividad y establece propuestas muy concretas para solucionarlo.
La claridad de sus argumentos le valió que sus sinodales, los doctores en Derecho Eduardo Oliva Gómez, Víctor Manuel Castrillón y Luna, Luis Manuel Olivares Estrada, Julio Cabrera Dircio y Ricardo Tapia Vega, no solamente dieran voto aprobatorio unánime, sino que quedara asentado en el acta que fue “con mención honorífica”.
Quien esto escribe se une a las felicitaciones por el nuevo doctor en Derecho. Vaya nuestra gratitud y admiración a la familia que conformaron Víctor Manuel González Cianci, su esposa Noemí Pérez (QPD) y sus hijos Omar, Anuar y Manzur.
HASTA MAÑANA.