El domingo al mediodía, la que fuera residencia de descanso de Luis Echeverría Álvarez, hoy patrimonio de la máxima casa de estudios, fue escenario de un espectáculo inusual: el regreso de cuatro personajes que prefirieron festejar en privado su primer año de labores, en lugar de regresar a las comunidades donde les dieron el voto.
A diferencia de otros años en que cada diputado realiza su informe por separado e invita a sus representados que lo conocen perfectamente, en esta ocasión los cuatro diputados de Morena se pusieron de acuerdo y realizaron un acto conjunto (para ahorrar gastos, dicen) en el que los festejados eran conocidos para algunos, pero para otros unos perfectos desconocidos.
La gente de Cuernavaca conoce perfectamente –por ejemplo- a Alejandro Mojica Toledo, comerciante y empresario, integrante de una familia muy famosa en la capital, pero no tienen la menor idea de quién es Juanita Guerra o “quién ch… es Ambrosio Gachúz”, se escuchaba entre los presentes.
Las instalaciones de Los Belenes fueron insuficientes para dar cabida a los cientos de invitados de los cuatro diputados. Sólo quienes llegaron muy temprano pudieron agarrar buen lugar en la carpa, los demás tuvieron que soportar los rayos del sol que entraban por los costados. Otros más buscaron la sombra de los árboles y terminaron sentados en el pasto.
“Hubiera quedado bien en el zócalo o en el Teopanzolco”, se quejaba uno de los invitados. “¿No ves que no le quieren pedir frías al Cuau? No hay buena relación. Mira que mandar a Mirna Zavala como su representante”, contestaba otro.
Y era cierto. Ahí estaban varios de los que han tenido dificultades con el gobernador del estado. Para empezar ahí estaba Yeidckol Polenvsky, quien llegó del brazo del alcalde capitalino Antonio Villalobos, mientras la diputada Alejandra Pani bajaba las escaleras ayudada por Mario Delgado, el hombre fuerte del Congreso Federal.
No podían faltar los contingentes “movilizados” (que no acarreados) provenientes de los altos de Morelos, con banda y chinelos bailando atrás de los diputados que fueron a esperar a sus invitados especiales al estacionamiento.
Todo el Ayuntamiento de Cuernavaca estaba presente, incluyendo al SAPAC. También las diputadas de Morena y los alcaldes de Jiutepec y Jojutla, Rafael Reyes y Juan Ángel Flores. Por supuesto toda la familia Salazar Solorio, y cuando decimos toda es toda.
Los discursos se hicieron eternos para los presentes, pero más que el tiempo, lo realmente tedioso fue el contenido. Todos informaron lo mismo.
Alejandro Mojica Toledo habló de las reformas constitucionales entre las que se encuentra la transformación de la cámara de diputados a través de la disminución de los salarios excesivos, la reducción del número de comisiones y la instalación de un parlamento abierto. Aseguró que en la actual legislatura ya no hay moches ni pago por evento.
Sólo dedicó un párrafo a sus actividades propias: 282 apoyos y 102 asesorías jurídicas a ciudadanos a través de su Casa de Gestión en Cuernavaca.
Por su parte la diputada Alejandra Pani Barragán, dio a conocer que desde el Congreso de la Unión se impulsaron acciones a favor de la inclusión social, la reducción de las desigualdades, y la erradicación de la pobreza. Resaltó la reforma legal que permite que padres con hijos enfermos de cáncer puedan ausentarse de sus centros de trabajo sin dejar de recibir su salario.
Juanita Guerra Mena de plano tardó más en presentar a sus invitados especiales que en informar de sus actividades como diputada. Hizo hincapié en que es la primera vez que una mujer preside la Comisión Federal de Seguridad Pública.
José Guadalupe Ambrosio Gachuz habló como si fuera el presidente del Congreso federal. Resaltó la creación del Banco del Bienestar con el objetivo de llevar a cabo la inclusión financiera para los jóvenes de 15 a 17 años, así como la presentación de la propuesta del fortalecimiento al sector agropecuario.
"Morena no es enemigo de los bancos ni de los inversionistas", aseguró el diputado José Guadalupe Ambrosio, quien afirmó, apostarán por la creación de un sistema financiero competitivo, transparente y útil para la sociedad, y recalcó que en México existen aproximadamente 50 millones de personas que no tienen acceso al crédito, por ello se reformó la Ley Orgánica del Banco de Ahorro Nacional y Servicio Financieros para la creación del Banco del Bienestar, con el objetivo de fortalecer diversos instrumentos financieros al alcance de todos los ciudadanos, en especial de los grupos más vulnerables.
Fue el menos conocido de los cuatro diputados federales que presentaron su “informe”. Quizás sea porque su participación ha sido más que discreta en el recinto de San Lázaro, o porque al concluir el periodo de campañas ya no regresó a las colonias y pueblos donde le dieron el voto. “Le dicen El desaparecido, bromeó Luis Pablo Carrillo Manjarrez, veterano periodista de la zona oriente”.
También, es uno de los pocos perredistas que logró cambiar de barco antes de que se hundiera, y que ha vivido del presupuesto público los últimos 20 años, desde que era secretario particular de un jefe de la Policía Judicial de triste memoria, después alcalde de Jantetelco por el partido Verde, diputado local por el PRD y asesor de varios Ayuntamientos hasta llegar a la diputación federal por Morena.
Tanto Ambrocio Gachúz como Juanita Guerra fueron criticados por venirse a la capital del estado, en un centro de convenciones particular (aunque lo maneje el Patronato de la UAEM) a dar un informe en el que no informaron nada propio, en lugar de comparecer ante sus representados, la gente de los pueblos de la zona oriente del estado a los que un día le pidieron el voto y ahora ya ni se acuerdan de ellos.
En el caso de Alejandro Mojica y Alejandra Pani los salva el hecho de que su informe fue dentro de su distrito o muy cerca de éste, y que han mantenido contacto con organizaciones de profesionistas y empresarios.
Ojalá que en el informe del próximo año haya más resultados propios y menos declaraciones.
HASTA MAÑANA.