Como si no fueran suficientes los destrozos que dejó la lluvia de la noche para deprimir a cualquiera, durante la mañana de ayer se registraron varios acontecimientos que deberían preocupar a las autoridades de ésta entidad, sobre todo los que se refieren a un enfrentamiento entre internos del Centro Estatal de Reinserción Social de Atlacholoaya.
Quienes debemos recorrer parte de la ciudad capital y la zona conurbada para llegar a nuestros centros de trabajo, fuimos testigos de un espectáculo parecido al que deja un huracán o una tormenta tropical, con árboles caídos, calles destruida y, en algunos lugares, viviendas destruidas.
Apenas se va uno reponiendo de la impresión cuando llegan las fotos vía Whatsapp mostrando los dos cuerpos masculinos, totalmente desnudos, brillantes por la pertinaz lluvia, pero sin cabeza, a la orilla de la carretera que sirve de retorno en la autopista del Sol, a la altura de Xochitepec.
Una cartulina verde con letras negras en la que se da a conocer los nombres de los que siguen en esa fatal lista que han ido cumpliendo al pie de la letra sin que nadie haga nada, cubre uno de los cadáveres mientras que otra con características similares cubre el otro.
Todavía no se repone uno de la impresión de esas fotos cuando llega la información acerca de que un grupo de trabajadores de la empresa Uber Eats están protestando en el zócalo de Cuernavaca. Denuncian que el pasado lunes un compañero suyo fue asaltado y asesinado en la colonia Teopanzolco, la empresa no quiere asumir su responsabilidad y la aseguradora tampoco. Estaban pidiendo ayuda para reunir el dinero necesario y sepultar a su compañero.
Los que trabajan en todas esas empresas que se manejan a través de una aplicación en un teléfono celular no lo hacen por gusto, sino porque no hay otra opción. Ante la falta de mejores oportunidades de trabajo, nuestros jóvenes están recurriendo a estos empleos a pesar de que no tienen ninguna garantía de las que establece la Ley Federal del Trabajo. No hay una persona física que sea el patrón, tampoco un domicilio, y el contrato que firman es totalmente leonino, con todas las ventajas para estas empresas transnacionales.
Luego, el código rojo en el Penal de Atlacholoaya. Los empleados del Tribunal Superior de Justicia y de otras dependencias fueron obligados a desalojar las instalaciones del Centro Estatal de Reinserción Social por cuestiones de seguridad.
Eso solamente ocurre cuando se da un motín, pero el coordinador de Reinserción Social, Jorge Israel Ponce de León lo negó cuando fue consultado por los compañeros reporteros. “Todo bajo control”, contestó el funcionario.
Lo que no dijo es que no se encontraba en esos momentos en el Penal, pues su personal dice que nunca está, sino que trabaja vía teléfono celular.
Y lo más irónico: comenzaron a llegar fotos y videos del interior del penal tomados y enviados a través de teléfonos celulares, aparatos que se supone no pueden tener en su poder los internos.
Ya por la tarde llegó un comunicado de la Comisión Estatal de Seguridad Pública en el que se explica que no hubo motín, sino una riña que se suscitó al interior del dormitorio número cuatro, por lo que de manera inmediata se activaron los protocolos de actuación para atender la emergencia.
“Elementos del Mando Coordinado Policía Morelos, Guardia Nacional y agentes federales atendieron dicho acontecimiento, en el que resultaron lesionados tres internos que de inmediato fueron trasladados a un hospital para brindarles atención médica. Sobre lo sucedido, se informa que alrededor de las 11:46 horas personal de Seguridad Penitenciaria atendió una riña originada por el supuesto robo de unos zapatos, misma que fue controlada y los involucrados fueron dispersados”.
“Cerca de las 13:37 horas, algunos internos del dormitorio nueve ingresaron al dormitorio cuatro agrediendo y lesionado a un grupo de reclusos, por lo que las autoridades penitenciarias intervinieron una vez, activando el protocolo de actuación”, agrega el documento.
Con respecto al informe médico, Servicios de Salud de Morelos (SSM) indicó que al Hospital General de Cuernavaca “Dr. José G. Parres” arribaron dos masculinos, uno de 37 años de edad heridas de arma blanca, quien al momento de arribar al nosocomio ya no presentó signos vitales; el segundo, de 30 años es atendido por lesiones de arma blanca en tórax y pierna.
En el Hospital General de Temixco se atendió a un tercero de 24 años de edad, quien se reporta estable con múltiples lesiones superficiales en cráneo y en ligamentos de la mano, ya fue dado de alta.
No hay autogobierno y todo está bajo control, pero varios internos se lesionaron con armas blancas y el altercado fue grabado con teléfonos celulares. Vaya control.
Finalmente, un documento enviado por tres consejeros de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos da cuenta del divisionismo que existe (también) en el Consejo Consultivo de esa institución que está a punto de estrenar sede por enésima ocasión.
“Los integrantes de la Comisión de Derechos Humanos para el estado de Morelos, hemos visto recientemente en notas de los medios de comunicación que el Presidente del organismo anuncia que pedirá directamente al Congreso un presupuesto de 50 millones de pesos, en contraste a los casi 16 millones con que cuenta actualmente.
“Sin embargo lo que no ha dicho el titular del organismo y que es menester que la sociedad también sepa, es que el Consejo Consultivo no aprobó dicha propuesta presupuestal derivado de que desde la instauración de dicho órgano colegiado se le ha solicitado desde la primer sesión, la siguiente información:
“Actas de entrega-recepción; lista de todo el personal adscrito, así como su curriculum y resultados; comprobantes de gastos presupuestal; programa de trabajo, entre otros”. Obviamente, el “godinez” que ocupa la presidencia de la CDH-Mor no se ha dignado a contestarles.
Contrario a todas y todos los que han ocupado el puesto de ombudsman, el actual ni siquiera saluda a sus empleados cuando llega, ya de atender a la prensa ni hablamos.
Para finalizar, y luego de ver un video que está circulando en redes sociales, donde se observa claramente cómo la diputada Tania Valentina se acerca a la zona de público del Congreso Local, y a una señal suya los pobladores de Hueyapan se ponen como locos y comienzan a comportarse como orangutanes, uno se pregunta:
¿Qué no hay noticias positivas en este estado?
HASTA MAÑANA.