El ex diputado y patriarca moral del Partido Movimiento Ciudadano en Morelos, Jaime Álvarez Cisneros sí está denunciado ante la Fiscalía Anticorrupción pero no hay (por ahora) orden de aprehensión en su contra. No lo han podido emplazar para que responda por el delito de ejercicio ilícito que pretende imputarle la institución que encabeza Juan Salazar Nuñez, pues al también abogado le han encontrado ocho domicilios pero en ninguno está.
En una maniobra poco utilizada, el fiscal anticorrupción Rodolfo Nuñez Urquiza se aventó la puntada de solicitar a un juez, que le concediera una orden de aprehensión en contra de Jaime Álvarez Cisneros para poder notificarle que hay una acusación en su contra interpuesta por el gobierno del estado a través de la consejería jurídica.
La solicitud recayó en la juez Nancy Aguilar Tovar, quien negó rotundamente la petición que a simple vista se nota que es absurda. Eso ocurrió el 20 de septiembre pasado, por lo que la Fiscalía Anticorrupción interpuso el recurso de apelación, mismo que fue desahogado en audiencia de fecha 29 de octubre del 2019 en la Sala dos de juicios orales del Tribunal Superior de Justicia.
En dicha audiencia, los magistrados que integran la Segunda Sala del Tribunal Superior de Justicia, Rubén Jasso Díaz, María del Carmen Aquino Celis y Rubén Jasso Díaz, resolvieron por unanimidad ratificar la decisión de la Jueza, negando la orden de aprehensión en contra del ex secretario de Turismo.
Por si las dudas, Jaime Álvarez tramitó un amparo ante la Justicia Federal, mismo que fue negado simplemente porque ninguna autoridad admitió haber librado orden en su contra.
El documento mediante el cual se admite el recurso de apelación y se fija la fecha para el desarrollo de la audiencia fue filtrado para efectos mediáticos. De lo que se trata es de “quemar” al ex diputado, pero jurídicamente dudamos mucho que le puedan encontrar algo.
El único pecado de Jaime fue su servilismo con el entonces gobernador Graco Ramírez, a quien le sirvió primero como jefe de la oficina de la Gubernatura y después como secretario de Turismo.
Jaime (su nombre le quedó ad hoc) fue el funcionario más cercano a Graco, y fue quien tuvo que aguantar sus regaños cuando las cosas no le salían bien. Después lo mandó a la secretaría de Turismo donde tuvo que seguir cumpliendo los caprichos de “la familia real”.
Y uno de esos caprichos –recordemos- fue traer al tenor español Plácido Domingo a la Arena Teques.
En una supervisión que realizó la primera dama del estado cuando apenas se estaba acondicionando la “Arena Teques”, hizo notar que hacía falta unas palmeras. El entonces secretario de Turismo se ofreció a conseguirlas, y para ello pidió el apoyo del empresario Roberto Abe Almada, quien amablemente donó unas palmeras exóticas que tenía en su balneario, con la condición de que el gobierno se encargara de su traslado a Tequesquitengo.
La Secretaría de Turismo se encargó de arrancar las palmeras, subirlas a unos trailers y trasplantarlas en Tequesquitengo. Lo que no sabían es que para hacer ese tipo de maniobras requerían un permiso especial de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, dependencia que encabezaba en ese momento Francisco Moreno Merino.
La Profepa, con el apoyo de la Policía Federal, detuvo los camiones con las palmeras exóticas, y estuvo a punto de poner a disposición de la Procuraduría General de la República (PGR) a los camiones con su carga y sus choferes.
Pero los deseos de la primera dama no podían quedar sin ser cumplidos, así que una llamada del gobernador Graco Ramírez Garrido a Francisco Moreno Merino, y al entonces delegado de la PGR, Marcelino Vázquez Huitrón, hizo posible que –violando toda normatividad en materia ambiental- las palmeras pudieran llegar a su destino.
La “familia real” estuvo muy contenta con la organización del magno concierto, por lo que Jaime Álvarez fue ampliamente felicitado por doña Elena y sus hijos. Sólo Jaime supo cuántos servicios se quedaron a deber porque los 13 millones de pesos que se obtuvieron por la venta de boletos no alcanzó para mucho.
Tan sólo por la contratación del tenor español el Gobierno de Morelos pagó poco más de 10 millones de pesos a una empresa de espectáculos, un millón y medio más por una “Cena VIP”, y cerca de dos millones por diferentes gastos. La cifra oficial de ingresos por boletaje fue de 13 millones 541 mil 500 pesos y cuatro millones por derechos de patrocinio.
En el contrato firmado por el gobierno estatal y la empresa “Eventos Artísticos y Culturales de México S.A. de C.V.”, se establece en la décima segunda cláusula que “El Poder Ejecutivo puede promover este concierto en el sentido de que las ganancias serán para la construcción del Centro de Rehabilitación y Educación Especial de Morelos”, pero se menciona más como una estrategia para vender boletos, que como un propósito en firme.
En el documento, obtenido a través de una solicitud de información pública, la Secretaría de Turismo declara que con fecha 17 de abril de 2013, “el gobernador Graco Luis Ramírez Garrido Abreu le otorga la encomienda del asunto relacionado con la presentación en vivo del artista Plácido Domingo”, en tanto que la Secretaría de Hacienda “declara tener suficiencia presupuestal para apoyar en la presentación del artista”.
Ambas dependencias asumen el compromiso de “aportar la cantidad de 10,029,745.50”; y aunque en otra cláusula se menciona que “los recursos a erogar derivados de los compromisos asumidos únicamente por la Secretaría de Turismo, provendrán de los ingresos generados por la venta de boletos y patrocinios del evento”, en ninguna parte se menciona el mecanismo para ser reintegrados al erario.
Difícilmente le comprobarán a Jaime Álvarez su participación en los demás eventos artísticos en el que triangularon las operaciones con una empresa de la Ciudad de México, de tal manera que los costos fueron duplicados o hasta triplicados.
Pero, como ya lo hemos mencionado muchas veces, el gobierno de Graco era de corruptos, pero no de tontos, y tuvieron la precaución de poner a la secretaria de Hacienda, Adriana Flores Garza, como secretaria de la Contraloría para que ella misma arreglara lo que estaba mal hecho.
HASTA MAÑANA.