La tarde-noche del miércoles se registró un inusitado movimiento en las instalaciones del Hospital General “José G. Parres” que se ubica en la colonia Lomas de la Selva. Los empleados y enfermeras se notaban nerviosos, y de pronto comenzaron a caminar apresurados mientras los familiares de los pacientes que estaban en la entrada comenzaron a salir a ver qué pasaba.
“Es el gobernador”, se escuchó entre la gente.
Y efectivamente, de la camioneta descendió el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, vestido con traje gris pero sin corbata. Su llegada al área de urgencias causó expectación entre las decenas de hombres, mujeres, niños y ancianos que esperan noticias de sus familiares que se encuentran internados en el nosocomio.
“Es Cuauhtémoc Blanco. Éste es el último lugar donde esperaba encontrarlo”, comentó un hombre que cargaba a un niño y que se dijo admirador del ex futbolista.
Comenzó a caminar por los pasillos ante la mirada atónita de los pacientes con sus batas azules. “Ya me siento mejor, hay María Luisa para rato”, dijo una señora.
-Échele ganas, nosotros vamos a seguir recorriendo para ver qué es lo que hace falta.
- Muchas cosas Cuauhtémoc. Faltan muchas cosas- contestó la mujer de pelo cano que le habló como si lo conociera desde siempre.
El mandatario estatal se metió hasta el área de camas, acompañado por los directivos del hospital. Constató el servicio que reciben aquellas personas que no tienen Seguro Social ni ISSSSTE, pero que requieren una intervención quirúrgica.
El jefe del ejecutivo habló de lo importante que es tener calidad en el servicio de salud que se les brinda a los Morelenses, de ahí su decisión de visitar este hospital y verificar la calidad con la que son atendidos los ciudadanos, así como escuchar de la gente las necesidades que tienen y de qué manera el gobierno puede seguir trabajando para mejorarlas.
En Morelos por primera vez 5 hospitales han sido remodelados y 170 establecimientos de salud han sido rehabilitados en su totalidad.
Blanco Bravo visitó diferentes áreas de este nosocomio recogiendo en cada una las solicitudes de los capitalinos, las quejas, sugerencias y peticiones de acuerdo a las áreas de oportunidad que han detectado en el tema de salud.
Con base en esta nueva forma de gobernar ciudadana y cercana a la gente, el mandatario estatal fuera de su agenda diaria laboral e incluso sorprendiendo a su equipo de trabajo, en compañía del director de los servicios de salud en Morelos, Héctor Barón.
El hospital general “José G. Parres” fue uno de los que tuvieron mayores afectaciones por el sismo del 19 de septiembre de 2017, al grado de que todos los pacientes tuvieron que ser reubicados en el edificio de enfrente, donde era el Hospital del Niño, y las operaciones las tenían que realizar en la clínica de Temixco.
A finales del sexenio de Graco Ramírez se dio una crisis sin precedentes en ese nosocomio, al grado de que no había gasas, suturas, toallas para desinfectar las manos, entre otras cosas.
Las obras de remodelación quedaron inconclusas. Los médicos recuerdan entre risas que en el área de quirófano había “un hoyo que comunica al cielo”.
También se habla de que, aprovechando la contingencia, desaparecieron equipos de alta tecnología.
Octubre del 2018 fue un mes terrible para los médicos y trabajadores del hospital Parres. No había prácticamente nada de insumos, y en algunos casos los empleados tuvieron que hacer “coperacha” para tener lo necesario cuando era urgente una intervención quirúrgica.
El inicio del presente sexenio también fue caótico, pues no se renovaron contratos de proveedores, a sabiendas que debía haber continuidad en ese servicio de abasto de insumos indispensables. Uno de los servicios que no se renovaron fue el de limpieza, por lo que no había quien barriera ni quien recogiera los residuos biológico-infecciosos.
A decir de los trabajadores, la afectación llegó a todas las áreas, como urgencias y hasta quirófanos, porque “desaparecieron” equipos de alta tecnología. “La unidad fue saqueada -no sabemos por quién- de todos los materiales e insumos”, declaró en su momento el médico Francisco Brito.
Refirieron -como ejemplo- que en urgencias no había monitores o equipo especial para estudios transoperatorios, como laparoscopios, entre otros.
Desde hace más de tres años, varios médicos de traumatología y otras áreas protestaron por la baja calidad de los materiales que fueron autorizados por la Secretaría de Salud. Los médicos traumatólogos protestaron, pero en lugar de darles una solución tomaron represalias contra ellos.
Desde entonces están pidiendo una comisión interna para que se verifique la calidad de los insumos que se van a adquirir luego de la licitación, para que los materiales que se compren sean de buena calidad.
El gobernador concluyó su visita al hospital Parres con una promesa de regresar pronto para ver qué avances se tienen en la solución de los problemas que escuchó de viva voz de los pacientes y familiares de éstos.
“Ojalá viniera todos los días, porque ahora sí se pusieron las pilas”, dijo una señora que esperaba noticias de su hermana enferma.
HASTA MAÑANA.