Cual si fuera Andy Ruiz en su primera pelea contra Anthony Joshua, el hombre de chamarra color beige esquivó el derechazo de su contrincante y le soltó un “martillazo” que lo hizo tambalear y retroceder en su ataque. Ya lo iba a rematar cuando llegó un segundo individuo con la intención de descontarlo.
No, no se trataba de un ring de box ni las calles de Tepito, sino de las oficinas del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la colonia Vista Hermosa de Cuernavaca. El hombre de chamarra beige es nada menos que el delegado Josué Cirino Valdés Huezo, y los atacantes, con gorras y lentes negros, eran desconocidos que llegaron a agredirlo.
“Que te largues cabrón”, le advierte uno de los golpeadores antes de abandonar la oficina. En el video difundido en redes sociales se observa a un hombre de camisa rosa pedirle al delegado que lo acompañe afuera, a lo que el dirigente se niega.
-¿Por qué me manda a estas gentes? ¿Qué pasa?- inquiere Josué Cirino.
- No, no pasa nada. Venga por favor- insiste el sujeto.
- No, ¿cómo voy a ir? Yo voy subiendo y este cuate me jala- reprocha.
Cirino Valdés Hueso es originario del estado de México, de una familia priísta por varias generaciones. Se ha desempeñado como diputado federal por el Distrito XVII de Ecatepec, Estado de México, en la LXI Legislatura, donde fue presidente de la Comisión Especial de Análisis de Políticas de Creación de Nuevos Empleos y secretario de la Comisión de la Función Pública. También fue Segundo Síndico del Ayuntamiento de Ecatepec.
El 11 de septiembre pasado fue presentado como representante del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor en Morelos, cargo que ya había desempeñado antes en el estado de Coahuila.
El pasado lunes dos de diciembre, a su llegada a las oficinas del CDE en las calles de Yucatán y Amacuzac, Josué Cirino fue agredido por al menos tres sujetos que vestían chamarra, gorra y lentes oscuros, mismos que lo increparon en las escaleras y posteriormente entraron a la oficina de José Mejía Fernández, a donde el dirigente se metió para resguardarse.
Ese mismo día por la tarde interpuso una denuncia, la que quedó registrada con el número FE/018/2019 en donde señala que los tres sujetos que lo agredieron eran parte del grupo de integrantes del Comité Municipal de Cuernavaca, cuyo delegado en funciones de presidente es José Mejía Fernández.
Además de señalar a José Mejía, en la denuncia de hechos también son mencionados el subsecretario de Vinculación con Comités Municipales, Fidel Eufrocio Flores Sánchez; el ex diputado local Aristeo Rodríguez Barrera; Guillermo Navarro; y, el dirigente estatal, Alberto Martínez González.
Josué Cirino nombró como su asesora legal a Rocío Carrillo Pérez, representante del PRI en las pasadas elecciones, cuando su candidato Jorge Meade Ocaranza (actual delegado en Querétaro) quedó en cuarto lugar.
La versión de Pepe Mejía es que los tres sujetos que agredieron a Josué Cirino no iban con ellos y que fueron gente infiltrada, además de que gracias a su intervención personal y de otros integrantes del Comité Municipal evitaron una agresión mayor.
Luego, en conferencia de prensa, Josué Cirino anunció que presentará sus quejas ante las Comisiones de Justicia Partidaria y de Ética Partidista a fin de exigir la destitución de sus cargos y la expulsión de Alberto Martínez y de José Mejía, así como de la expulsión de Aristeo Rodríguez.
Al parecer la agresión fue un mensaje que le enviaron los grupos que se disputan el control de lo que queda del partido (el cual dejó de ser gobierno en el año 2000, cuando Jorge Morales Barud concluyó el periodo de Jorge Carrillo Olea), de que no puede venir un fuereño a querer mandar en Morelos.
Y es que semanas antes declaró que el comité nacional puede auditar tanto financiera como administrativamente al dirigente estatal, Alberto Martínez González, quien es señalado de haber desviado recursos económicos para la defensa de su suegra, la ex secretaria de Sadatu, Rosario Robles Berlanga, actualmente bajo proceso.
Martínez González fue suspendido en mayo de 2018 como dirigente partidista, luego de que en plana campaña política, chocó en estado de ebriedad y protagonizó un incidente que fue difundido en video por redes sociales.
Un par de meses después de su suspensión, Martínez González regresó al edificio del PRI a tomar por la fuerza la dirigencia estatal, como ya lo han hecho antes otros grupos de priístas.
Sin embargo, ayer a las 14 horas el presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas publicó en su cuenta de Twitter lo siguiente:
“Designé a Josué Cirino Valdés Huezo como presidente provisional del CDE de Morelos, a quien le deseo mucho éxito en favor de la familia priista morelense, y con quien trabajaremos para fortalecer unidos la presencia del partido. ¡Enhorabuena!”.
El tuitazo cayó como balde de agua fría a los caciques del PRI en Morelos, y pusieron a temblar a quienes contrataron a los golpeadores. La estrategia era demostrarle al CEN que las bases priístas no quieren al mexiquense, pero no se esperaban que el máximo líder le diera el “espaldarazo” a Josué Cirino Valdés Huezo.
No se avizoran momentos fáciles para el otrora partido aplanadora, hoy convertido en una franquicia que les proporciona algunos miles de pesos mensuales y una posición en la cámara de diputados a nivel local.
Pero los únicos culpables de ese desastre son los propios priístas, que no han sido capaces de ponerse de acuerdo para recuperar los espacios perdidos.
Hoy, la suerte del PRI está depositada en dos jóvenes morelenses, el temixquense Jonathan Márquez Godínez, secretario adjunto a la presidencia del CEN, y el yautepequense Eliasib Polanco Saldívar, quien fue delegado de la SCT en Campeche, cuando era gobernador Alejandro Moreno Cárdenas (mejor conocido como “Alito”), y que hoy ocupa una cartera importante en el PRI nacional.
Lo que ellos digan será determinante en las acciones que tome el líder nacional con respecto a Morelos.
HASTA MAÑANA.