La información sobre lo que está ocurriendo en los centros penitenciarios de Morelos con motivo de la pandevia por el coronavirus está fluyendo “a cuentagotas” y hasta que ya no pueden ocultar la información. Fue hasta que se publicó en diversos medios de comunicación que la Comisión Estatal de Seguridad Pública tuvo que admitir que existen internos contagiados y que una custodia falleció al parecer por covid-19.
Primero fue el director general del Sistema Penitenciario, Giberto Barba Ocampo, quien el jueves 21 de mayo acudió a la conferencia de prensa que diariamente ofrecen los servicios de salud, para dar cuenta sobre el estado que guardan los centros de reclusión en relación con la pandemia, pero no dijo prácticamente nada.
Fue hasta el otro día cuando se dio una información más completa pero no por parte del Sistema Penitenciario, sino de la Comisión Estatal de Seguridad Pública, en voz del “brazo derecho” del titular, el capitán Mario Vargas Santomé.
¿Y el responsable directo del sistema penitenciario en Morelos por qué no dio la cara? Varias fuentes del gobierno estatal aseguran que se reportó con síntomas de covid, por lo que se fue a guardar cuarentena a Veracruz.
El gobierno no niega ni confirma tal información. Este columnista solicitó un informe completo a través del Whatsapp oficial sobre el número de infectados tanto de PPLs, personal de custodia, administrativos y también personal directivo, pero Barba Ocampo sólo se refirió a internos, indicando que hasta ese día había 15 personas con problemas respiratorios en la cárcel de Cuautla y tres en la cárcel femenil de Atlacholoaya.
Al otro día, Vargas Santomé tuvo que reconocer la muerte de un interno y una mujer del área de seguridad y custodia, aclarando que ella murió en su casa, no en servicio, como si eso fuera una excluyente.
El funcionario de la CES habló nuevamente de 18 infectados, pero nada dijo –y tampoco hubo oportunidad de preguntárselo- sobre el rumor de que Jorge Israel Ponce de León Borquez, al igual que la directora del Penal de Atlacholoaya, Lluvia Oregón Bartolo, dieron positivo a covid 19.
Como sea, el hecho es que las dos veces que el Penal de Atlacholoaya está en crisis, el titular del área no está presente y tiene que acudir a suplirlo un subordinado o un superior.
En esta ocasión, personal operativo y administrativo, familiares de personas privadas de libertad y los propios internos denuncian la incapacidad de la autoridad penitenciaria por aminorar el impacto del virus SARS-CoV-2 en los centros penitenciarios.
Y es entendible que esto ocurra, pues si acá afuera es difícil contrarrestar los efectos de la pandemia, mucho más en los centros de reclusión donde –como lo hemos venido denunciando- carecen hasta de Paracetamol, ya no se diga medicinas para atender enfermedades graves.
¿Cómo vas a “aislar” a los sospechosos de tener covid cuando tienes el doble de población permitida? Si estar enfermo de ese virus dicen que es terrible en condiciones normales, imagínese usted padecerlo dentro de un centro de reclusión. Es algo que no se le desea a nadie.
Los casos que han salido a la luz pública son terroríficos. En el Dormitorio 1 (de Atlacholoaya) hay gente de la tercera edad: están graves “sólo queremos medicamentos” dice una persona privada de la libertad.
“Eso no es solo ahí, en el cereso de Cuautla es lo mismo ya murió un interno ya van 4 personas que sacan al hospital y 5 custodios que están afuera por enfermedad y la visita no la han cancelado”, refiere una mujer, familiar de un interno.
Efectivamente, la visita no la han cancelado como sí lo han hecho en otras cárceles de otras entidades. Actualmente, según lo mencionaba Barba Ocampo, sólo pueden entrar dos familiares por interno, siempre y cuando no sean niños ni ancianos.
Hay gente que considera que la visita debe prohibirse al cien por ciento, pero ¿se imagina cómo se van a poner los internos sin visita?
El caso de la custodia Silvia fue dramático porque ella fue narrando todo a través de su cuenta de Facebook, hasta que ya no pudo escribir nada porque murió.
“Nada el día lunes me enferme de fiebre y tos hable al 911 y me dijeron que me mantuviera aislada y tomara paracetamol y así lo hice”, posteó la mujer custodia de 54 años de edad, con 20 años de servicio en el sistema penitenciario.
“… el día de ayer me tocó cita mensual porque soy diabética y aún sigo con tos y fiebre y no me quisieron pasar a consulta que por órdenes superiores sólo recetas”, escribió una semana antes.
El caso de Isidro “N” también pasará a la historia como un caso no solamente de salud, sino de negligencia gubernamental.
El abogado Ricardo Sánchez Bautista refirió que una semana antes, la persona privada de la libertad presentó síntomas de gripe y dificultades para respirar. En ese tiempo no recibió atención alguna en el centro penitenciario.
Debido a que no lo atendían, la familia de Isidro R. S. solicitó una audiencia de auxilio judicial para que una juez de ejecución conociera el caso y ordenara su traslado ante el riesgo por su estado de salud. La juez Yaredy Montes Rivera ordenó el traslado a un hospital privado de Isidro porque así lo pidieron sus familiares, ya que ellos sufragarían todos los gastos para que él recibiera una asistencia médica digna.
Fue hasta que la juez lo ordenó que el interno fue trasladado a un hospital, pero no al que sus familiares querían, sino al José G. Parres.
Finalmente el hombre falleció y en su acta de defunción quedó asentado que fue por covid 19. ¿Cuántos casos similares estarán ocurriendo sin que nadie sepa nada?
Por cierto, ya que hablamos del sistema penitenciario, nos confirman que hay nueva titular de la Dirección General de Ejecución de Medidas para Adolescentes, es la Lic. Ania Dafne Ortíz Esparza, cuyos únicos méritos son dos: es veracruzana y se apellida Ortíz.
HASTA MAÑANA.