Ya era cerca de las 11 de la noche del miércoles 30 de septiembre cuando las camionetas salían en convoy de la cabecera municipal de Puente de Ixtla con rumbo a la autopista cuando varias patrullas se le cerraron obligando al conductor a frenar.
—Policía del Estado, ponga las manos donde las pueda ver y bájese —dijo el sujeto mientras empuñaba una pistola escuadra que sacó de una mariconera que llevaba terciada—.
—De qué se trata esto—cuestionó con voz fuerte el que viajaba de copiloto— soy senador de la República y lo que ustedes están haciendo es un abuso de autoridad.
—Saque alguna identificación que lo demuestre —exigió el uniformado—.
Ya para ese momento todos los ocupantes de las patrullas se habían bajado y estaban rodeando las camionetas con sus armas largas colgando. Una señora intentó bajarse y fue sujetada de los hombros por un elemento policiaco, lo que encendió los ánimos.
—Quiero saber quién ordenó este operativo y por qué motivo —dijo quien ya para ese momento se había identificado como el senador de la República Ángel García Yáñez—.
—Es una revisión de rutina —se justificó el que parecía ser el comandante— nos reportaron que había unas camionetas muy ostentosas.
—Pues revisen bien. No vaya yo a traer armas o drogas— contestó en tono de burla García Yáñez al tiempo que abría la parte trasera de la camioneta para que vieran las bolsas con despensas que traía.
El hecho ocurrió, como ya lo mencionamos, el pasado miércoles en la noche en el municipio de Puente de Ixtla, aunque no hubo ningún parte de novedades por parte de la Comisión Estatal de Seguridad Pública, lo que significa que no encontraron armas ni ningún otro objeto ilícito.
Ángel García Yáñez, ahora más famoso por ser considerado “el senador preferido de la delincuencia organizada" (como lo bautizó el columnista nacional Héctor de Mauleón), tampoco presentó queja alguna en asuntos internos.
Mauleón (uno de los periodistas consentidos del ex comisionado de Seguridad Pública, Alberto Capella), publicó que el senador que llegó al cargo mediante una alianza entre PRI y Nueva Alianza, ha tenido varios episodios que lo relacionan indirectamente con “la maña”, como es el hecho de que apenas en abril pasado, fue detenido un presunto operador de la organización criminal del Frank XL que portaba una credencial metálica que lo acreditaba como asesor del senador Ángel García Yáñez.
“Yo no traigo asesores. Sólo traigo al licenciado Juan Procopio y es de Cuernavaca. Es el único que trae credencial mía pero lo acompaña con un oficio. Yo no doy credenciales”, contestó muy quitado de la pena el legislador federal cuando fue cuestionado desde aquella ocasión.
Como la columna de Mauleón no traía nada nuevo, cuando le preguntaron sobre lo publicado García Yañez sólo repitió lo que ha venido diciendo: “Que me investiguen”.
El otro encuentro hostil entre un legislador y las autoridades de Seguridad Pública ocurrió en el Congreso Local, justo el día que comparecieron el fiscal general, Uriel Carmona, y el comisionado de Seguridad Pública, Vicealmirante Antonio Ortiz Guarneros.
En la sesión de preguntas y respuestas, pidió el uso de la palabra el polémico diputado José Casas González.
“Sabemos que existe un grupo especial denominado Interceptor, el cual, por cierto, es comandado por el comandante Raúl Gómez Piloto, sobre quien existe una investigación en asuntos internos. Sin embargo, hoy usted lo pone al frente de labores operativas. Y sorprende, porque él por escrito me contestó que este elemento se encontraba suspendido. Parece que es el famoso piloto y no el vicealmirante el que manda en la Secretaría de Seguridad Pública”. (SIC).
Otra de las preguntas fue el motivo por el cual se puso al frente del C5 a Víctor Fernando Lobato Castañeda, quien es dentista de profesión.
Y finalmente Pepe Casas cuestionó al jefe de seguridad en el estado sobre la existencia de una casa a la que llaman “la casa morada”, a dos cuadras de Plaza Cuernavaca en la cual se resguardan camionetas blindadas y hasta un Ferrari.
Según la información obtenida entre los diputados (ya que la comparecencia fue a puerta cerrada), Ortíz Guarneros admitió la existencia de la “Casa Morada”, pero no supo explicar su función ni tampoco qué dependencia se encarga de su manutención.
“¿Cómo es que usted tiene tanta información señor diputado?”, le contestó el vicealmirante al diputado que llegó al cargo bajo las siglas de Morena, luego se pasó al Partido del Trabajo, y actualmente es “agente libre”, como se dice en el beisbol profesional.
Tiene razón el comisionado, pero también son muchas las interrogantes que están sin contestar. Por ejemplo, ¿Qué pasó con aquellas torres de vigilancia móviles que estaban estratégicamente repartidas en la entidad en tiempos de Capella? Muchos las recordamos solamente porque en una ocasión al subirla hicieron contacto con unos cables de alta tensión y los policías resultaron electrocutados.
Nos dicen de manera extraoficial que se encuentran arrumbadas en la Academia de Policía de Alpuyeca sin que se sepa a ciencia cierta el motivo o razón. El hecho es que costaron muchos millones de pesos para que estén sin utilizar. Si no se pueden devolver, pues que las manden a algún lado donde puedan ser de utilidad.
¿Dónde está el autobús que ponían frente a las plazas comerciales para lucimiento del comisionado Alberto Capella? Tampoco lo sabemos, pero muy pronto debemos tener la respuesta, en cuanto se dignen a contestar las respectivas solicitudes de información pública que hemos interpuesto.
HASTA MAÑANA.