Era el mes de julio del 2019 y su situación financiera era apremiante. La idea de independizarse de la casa familiar no resultó tan buena y el trabajo de mesera apenas le alcanzaba para comer y pagar los pasajes, así que no lo pensó mucho para contactarlo por Messenger.
En el Facebook aparece como Jesus Gomez (así, sin acentos), y dice haber estudiado en el Colegio Cristóbal Colón, vive en Cuernavaca. Su foto de perfil es una “selfie” donde aparece en camiseta sin mangas con la leyenda “Legend 01”.
Lo contactó y le preguntó en qué consistía el trabajo. “Consiste en reclutar gente para los programas de la Cuarta Transformación. Adultos mayores, jóvenes construyendo el futuro, etcétera. Trabajo directamente con lo que antes era la SEDESOL”, contestó.
- Y no podría entrar a trabajar a Sedesol?
- Bueno, eso ya está más difícil. Pero si tienes dos mil 500 pesos a la mano puedo ver esa posibilidad- contestó Jesus Gomez.
La respuesta dejó pensativa a Valeria. Estaba consciente de que eso era corrupción pero, ¿qué importa cuando te va a abrir la puerta para conseguir un buen empleo? –se dijo a sí misma- y comenzó a pedir prestado para reunir la cantidad exigida.
Cuando juntó los dos mil 500 pesos los depositó en una cuenta de Banco Azteca que le proporcionó Jesús Gómez, y con el comprobante en mano se dirigió a las instalaciones de la Secretaría de Bienestar Social, en la carretera Cuernavaca-Tepoztlán, a unos metros de la Paloma de la Paz. Ahí se dio cuenta que no era la única, de hecho eran muchos los jóvenes que igual que ella habían pagado sus dos mil 500 pesos con la promesa de que los darían de alta en la dependencia del gobierno federal.
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Los jóvenes vieron llegar a Jesús Gómez a la dependencia, entró como si fuera su casa y enseguida salió para decirles que se trasladarían a una cafetería para explicarles cómo estaba la situación. Hasta ese momento no había nada que les diera desconfianza, pues incluso alguien dijo que Jesús era esposo o pareja de una funcionaria de la Secretaría de Bienestar, de nombre Marisol Rovira Castillo.
“Ya en el Starbucks nos repartieron unos formatos con el logotipo de Bienestar Social, donde teníamos que poner todos nuestros datos, nos pidieron comprobante de estudios y que nos diéramos de alta en el SAT. Todo parecía indicar que realmente seríamos dados de alta como servidores públicos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador”, relata Valeria a este columnista.
Sin embargo, los días pasaron y nunca les hablaron de la dependencia. Pasó aproximadamente un mes en el que el supuesto reclutador (que ahora saben su nombre completo es Víctor Jesús Gómez Sandoval) sólo les dio largas.
Luego salió con que no se había podido meterlos en esta ocasión, pero que se abrirían otras plazas entrando el año 2020 y que ahí sí estaría asegurado su lugar. “Mientras tanto, les ofrezco que me ayuden a un trabajo muy fácil por el que les voy a pagar ocho mil pesos mensuales”, les dijo.
Ya para ese momento Valeria no estaba nada contenta, pero necesitaba recuperar los dos mil 500 pesos que había pedido prestados, y ocho mil pesos le alcanzaba para eso y más, así que aceptó el trabajo que le propuso Jesús.
“Nuestro trabajo consistía en llenar formatos de afiliación a un partido político. Primero comenzamos trabajando en los Starbucks hasta que nos llevaron a una casa ubicada en la calle Chalma Sur número 124 en la colonia Lomas de Atzingo. Es una residencia muy grande y lujosa pero no tiene ningún letrero afuera”, relató.
Refiere que ahí llegaba una señora muy elegante a la que llamaban “Maestra Nadia” que al parecer tiene la franquicia en Morelos de los productos Milah.
“Yo no fui, pero unos chavos que fueron dicen que a finales de octubre hubo una reunión en lo que era la Hacienda San Antonio El Puente, en Xochitepec. Duró tres días y acudieron puros regidores y funcionarios de gobierno y ahí se presentó esta empresa de productos de belleza Milah que es tipo Avón o Herbalife, que comienzas con una pequeña inversión y vas subiendo de categoría”, agregó Valeria.
Cuando concluyó el proceso de afiliación y ya no hubo qué más hacer, Jesús Gómez Sandoval les dijo que ahora su trabajo iba a ser captar “beneficiarios” de los programas de AMLO y de la Secretaría de Desarrollo Social de Morelos, con lo cual todos saldrían ganando mucho más que si estuvieran trabajando en el gobierno federal.
El trabajo consistía en conseguir mujeres que quisieran entrar al “Programa de Impulso Productivo Comunitario”, mediante el cual el gobierno les prestaría 30 mil pesos para cualquier negocio, pero para salir beneficiados tenían que pagar un anticipo de 3 mil 500 pesos.
Cuando ya le habían depositado una buena cantidad de “anticipos” para el programa mencionado, Víctor Jesús Gómez Sandoval simplemente desapareció.
“Cerró su cuenta de Facebook, bloqueó su número de Whatsapp y la casa de Chalma Sur ahora es bodega de productos Milah. La que pensábamos que era su esposa (Marisol Rovira Castillo) resultó que ya se divorció y dice que no sabe nada de él”.
Todo parece indicar que se trata de un fraude a nombre de Andrés Manuel López Obrador. Cuando los jóvenes comenzaron a buscar en redes sociales al que se llevó su dinero se dieron cuenta de que son muchas las personas que cayeron en el engaño y le dieron dinero a Jesús Gómez, pero sin ningún recibo ni documento alguno que lo acredite.
Al hacer una búsqueda en los portales de transparencia, sólo se encontró un documento en el que Víctor Jesús Gómez Sandoval aparece como secretario de organización y estrategia electoral del Partido Encuentro Social, con un salario de 13 mil pesos mensuales, y dicho documento tiene fecha de junio de 2016 cuando el presidente era Hiram Mina Valdez.
HASTA MAÑANA.