Allá por el 2002 este reportero cubría la fuente legislativa y era de esos días que escasean las notas. Comencé a hurgar en la página de internet del Congreso local y que me encuentro sin querer con la declaración patrimonial del entonces diputado Vinicio Limón Rivera. La transparencia todavía no estaba de moda así que el líder sindical no tuvo empacho en poner en “último grado de estudios: secundaria; profesión u oficio: obrero, patrimonio: ocho millones de pesos”.
“Obrero Millonario” fue el título de la nota de ocho columnas que publicó en aquella ocasión La Unión de Morelos, misma que Vinicio adjudicó a una conspiración orquestada por sus enemigos políticos, sin saber que lo único que había pasado, fue que se juntaron dos circunstancias: su ingenuidad al declarar sobre su patrimonio y la desesperación de un periodista por completar su cuota de cuatro notas diarias.
La anécdota anterior viene a colación para ilustrar el tema de hoy: los líderes sindicales realmente habían sido trabajadores que posteriormente se convirtieron en sus representantes y no volvieron a trabajar, al menos no manualmente.
El veterano reportero de la fuente laboral, nuestro amigo Pepe Castro Villafuerte que falleció apenas el año pasado, nos contaba que Vinicio comenzó como peón de la CFE y que Tito Barrera Ocampo fue “chalán” de albañil en sus inicios.
Muchos de los actuales líderes sindicales ya no fueron trabajadores del sector que representan, sino que ya llegaron al sindicato con un cargo ejecutivo. Desconozco si don Bulmaro Hernández alguna vez fue trabajador, pero sus hijos, los temibles Ben Hur y Abraham, ya llegaron con todo puesto, al igual que la hija de Huber Nájera.
“Con el sudor de su frente”, los viejos dirigentes sindicales se transformaron de obreros a empresarios, pues con el fruto de su trabajo se han convertido en prósperos emprendedores de todo tipo de negocios. Dicen que a Vinicio le ha ido tan bien como empresario de bienes raíces, que prefirió retirarse de la vida sindical, encargándole el changarro al abogado Roberto Castrejón.
Bueno, pues ahora se ha puesto de moda que las cosas sean al revés, que empresarios adinerados se conviertan en dirigentes sindicales. Sí, así como lo lee, si usted tiene los recursos financieros suficientes, puede comprar un membrete y convertirse en representante de un sindicato nacional.
Recordemos que nuestro amigo (que en paz descanse), Jesús García Rodríguez, además de ser empresario minero, organizador de espectáculos y otros negocios, también aparecía como representante en Morelos de la Sección 51 de la Confederación de Trabajadores de México, o sea, líder sindical.
De la misma manera, el sonorense Arnulfo Montes Cuen, quien también tiene minas, plataformas petroleras, plantas purificadoras, y hasta tuvo un restaurante en la avenida San Diego, hoy es representante en Morelos del Sindicato Nacional de Infraestructura, dependiente de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM).
El pasado lunes, en sus instalaciones de Sumiya (humildemente), el también candidato a diputado federal por la coalición PRI-PRD, protestó formalmente como secretario general en la entidad morelense del SNI ante la presencia de su líder nacional, Nicolás Plascencia Albiter, y representantes de la organización de los estados vecinos.
“El sindicato del que soy secretario general está formado por trabajadores cuya naturaleza de asociación es para el estudio, el mejoramiento y defensa de sus intereses de la clase trabajadora en el estado de Morelos, lo cual se encuentra sustentado en el artículo 359 de la Ley laboral vigente”, dijo en su discurso.
“Nos hemos olvidado –especialmente aquí en Morelos- de lo que es un sindicalismo humanista como el que representa el doctor Nicolás dirigente nacional del Sindicato Nacional de Infraestructura. Un sindicalismo que tiene sus bases en el trabajo decente, que sintetiza las aspiraciones de las personas durante su vida laboral, significa la oportunidad de acceder a un empleo productivo que genere un ingreso justo, la seguridad en el lugar de trabajo y la protección social para las familias”, agregó.
Por su parte, el dirigente nacional Plascencia Albiter le dejó un mensaje al gobierno del estado y al Ayuntamiento de Jiutepec: “les decimos que no teman la intervención de un nuevo sindicato, que venimos a trabajar, que venimos a pugnar por las labores y las actitudes justas hacia la clase trabajadora; que estamos de la mano con los proyectos viables del gobierno para la generación de empleos”.
¿Qué es lo que hace que surja una nueva organización sindical similar a la extinta Confederación de Trabajadores de México (CTM) justo en el inicio de la llamada Cuarta Transformación?
Aquí un dato:
“Como parte del Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura con el gobierno federal, propuesta presentada por la actual administración, se contempla que la iniciativa privada desarrollará un paquete inicial de 147 proyectos en todo el país, los cuales requerirán 859 mil 22 millones de pesos. El pacto establece que para cada obra se realizarán evaluaciones técnicas, financieras y ambientales, conforme a la ley; se prepararán y resolverán obstáculos en coordinación con dependencias y entidades públicas, y se establecerán estrategias para mitigar los riesgos y solucionar posibles conflictos. El objetivo es que el gobierno facilite y acelere la implementación de proyectos que contribuyan al crecimiento y desarrollo del país, a fin de alcanzar una inversión anual en infraestructura de 5 por ciento del producto interno bruto (PIB)”, detalla el documento presentado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y ahí es donde surge el CATEM, cuya visión (según su página oficial en internet), es “ser reconocidos por los trabajadores de México y la sociedad, como una Confederación honesta, responsable, democrática y transparente, que no vende los derechos de los trabajadores. Así como generar la confianza del empresariado para, de la mano de las autoridades gubernamentales, impulsar la productividad nacional”.
Pero a diferencia de la CTM que fue producto de luchas sindicales de auténticos trabajadores (aunque al final sus líderes se hayan corrompido al extremo), la nueva organización (ver su directorio en la página catem.org.mx) está encabezada por empresarios y políticos.
El secretario general es el senador Pedro Haces y la secretaria de Gestión Gubernamental y vínculos legislativos es la senadora morelense Lucía Meza Guzmán. Así también, el senador Raúl Paz Alonzo es secretario de Tecnologías e innovación, la diputada Maiella Gómez Maldonado es la secretaria de Equidad de Género y el diputado Erik Ricardo Osornio Medina, es el secretario de organización.
Como dijeran en redes sociales: “No pus wow, que bien representados están los trabajadores de México”.
HASTA MAÑANA.