Si bien es cierto que en la actualidad sería mucho pedir que los candidatos a cargos de elección popular sean un ejemplo de vida familiar como en antaño (no divorciados, no unión libre, ni pensar en “matrimonios igualitarios”) en la medida de lo posible la sociedad debe buscar que por lo menos el aspirante a diputado o presidente municipal observe un comportamiento en un marco de respeto y tolerancia con sus semejantes, ya sean hombres o mujeres.
Recordemos que en la política mexicana era prácticamente un requisito ser casado para aspirar a la presidencia de la República o al gobierno de un estado, aunque la mayoría se divorciara al terminar el encargo. Es decir, importaba mucho “el qué dirán” y las “buenas costumbres”.
Hoy la misma ley permite ya matrimonios entre personas del mismo sexo e incluso la normatividad electoral está impulsando que se incluya en las planillas a integrantes de la comunidad conocida como LGTB+. Imagínese estimado lector, hay dos aspirantes que dejaron en blanco los espacios de Mujer u Hombre en los registros del Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (Impepac), Eso nunca se había visto.
En una sociedad tan abierta y plural como la que tenemos, es difícil encontrar personas sin divorcios o relaciones sin compromisos. En Morelos el ejemplo de la nueva realidad lo puso el entonces gobernador Sergio Estrada Cajigal, quien habiendo entrado a la gubernatura casado con Mónica Bartning, la dejó para andar con Maica Borbolla, y hoy ambos tienen parejas nuevas.
A nivel nacional ni qué decir del presidente Enrique Peña Nieto, enviudado (muchos dicen que fue autoviudazo) de su primera esposa, se casó con la actriz Angélica Rivera –quien se había divorciado recientemente del director de televisión, Alberto Castro- y al terminar el sexenio él se fue a vivir con Tania Ruiz y ella se regresó con el papá de sus hijas.
En lo personal consideramos que cada quien es libre de decidir qué hace con su vida, pero no hay que perder de vista que Morelos es un estado donde la religión tiene mucha influencia y existen un gran porcentaje de hombres y mujeres mayores de 60 años a quienes les inspiran más confianza aquellos candidatos que tienen una vida familiar “decente”.
Y que conste que aquí no estamos calificando cuestiones morales, sólo le hacemos notar a los estrategas electorales que esas personas sexagenarias de “costumbres anticuadas” también votan. Podrán decir que nuestras legislaciones en materia electoral son vanguardistas, y eso es algo que se le reconoce a los magistrados electorales y consejeros del Impepac, pero no hay que perder de vista que una gran parte del territorio estatal es rural, donde incluso es mal visto que una mujer deje su hogar para ir a buscar un cargo de elección popular.
Quizás en la capital del estado y su zona conurbada les aplaudan a quienes están postulando gays o transexuales, pero ya veremos en los resultados del siete de junio próximo cuántos votos obtuvieron los candidatos de la comunidad LGTB+.
Así, el partido político tiene la libertad de postular a la persona que quiera, pero el ciudadano también tiene -en la soledad de la casilla electoral- la tiene para cruzar la boleta por el candidato que quiera.
Ese día, o más bien cuando se den a conocer el resultado de las votaciones, los partidos políticos “se darán de topes” cuando descubran que se equivocaron al momento de elegir a su candidato, pues la respuesta del electorado fue a favor de otra opción.
Aterrizando el tema que hoy nos ocupa, tenemos en Jiutepec a un candidato que ya fue presidente municipal y que a mitad de su trienio cambió de pareja. Y nos referimos obviamente a José Manuel Agüero Tovar, el popular “Manolo”.
Lo peor de Manolo no fue que cambiara de pareja, sino que todo mundo sabía que estando casado con la señora Argelia Trejo Pérez, tenía una relación con su secretaria o asistente, Mayra, con quien finalmente contrajo matrimonio por lo civil.
Hace unos días la señora Argelia Trejo publicó en su muro de Facebook un video donde declara que en Jiutepec se sufre de violencia “y yo soy una prueba de ello. He sido golpeada, lastimada, humillada…”.
En dicho video, ella admite que muchos años se quedó callada por miedo, e invita a las demás mujeres a no hacer lo mismo, y denunciar a los hombres que las victimizan.
Lo anterior es la prueba más fehaciente de que el candidato a presidente municipal por la coalición PRI-PRD es un violentador de mujeres al que deberían quitarle la candidatura de acuerdo a las nuevas disposiciones del Instituto Nacional Electoral.
José Manuel Agüero Tovar es un golpeador de mujeres y misógino en toda la extensión de la palabra. No es posible que los jiutepequenses acepten como presidente municipal a un sujeto que en su cuenta de “Tik-Tok” baila una canción donde se dice la frase “tu mujer es una perra”. Tan sólo con eso ninguna persona del género femenino debería darle un solo voto a este individuo.
Todavía Manolo quiso disculparse diciendo que nunca fue su intención decirles perras a las mujeres, que él solamente se puso a bailar y que después le pusieron la música, pero sobre todo, insistió en que él respeta a las mujeres plenamente.
Obviamente nadie le creyó y fue tanta la crítica de las mujeres, que terminó por bajar su asqueroso video. Y luego con las declaraciones de su ex esposa, quien asegura haber sido golpeada por el ex alcalde perredista, ha quedado demostrado que miente.
No obstante que sus asesores le han dicho que el “Tik-Tok” es una red social para personas de muy bajo coeficiente intelectual, Manolo sigue muy sonriente haciendo sus videos y paseándose por todo el estado en sus vehículos de lujo, acompañado de su nueva pareja e inaugurando muchas sucursales de su negocio de arrachera.
¿De dónde saca dinero para inaugurar tantos restaurantes en tiempos de pandemia? Obvio que los jiutepequenses sólo tienen una posible respuesta: “Pues de lo que se robó cuando fue presidente municipal y ahora quiere volver por más”.
Por cierto, ya que hablamos de Jiutepec, uno de los candidatos a alcalde acaba de iniciar una novedosa estrategia de publicidad en el transporte público. Si usted anda por esos rumbos verá que en todas las rutas viene en letras grandotas una sola frase en blanco y negro (evitando así cualquier problema legal por actos anticipados de campaña). La frase dice: “¿Sabes quién es Eder’”.
Y sí, nosotros sí sabemos perfectamente quién es Eder.
HASTA MAÑANA.