De todos los boletines que han enviado las áreas de comunicación social de los 18 candidatos a la presidencia municipal de Cuernavaca (los que han enviado, otros ni comunicados hacen), el más atinado hasta ahora es el que recibimos ayer proveniente de la oficina de Cipriano Sotelo Salgado, en el que llamó a sus oponentes políticos a dejar de hacer promesas que no podrán cumplir.
El maestro en derecho y doctor en ciencias políticas les recordó a sus contrincantes: "La Constitución Política Mexicana es muy clara en su artículo 115, en el que anota las facultades de los ayuntamientos y son las de proporcionar servicios".
Y es que, en esta vorágine electoral, en su desesperación por llamar la atención los candidatos han prometido cosas que se salen totalmente de sus alcances y ya alguno ofreció “dejarse colgar a medio zócalo” si no cumple sus promesas.
"Es factible empezar a construir un proyecto y tomar decisiones desde el primer día, pero hay que ser serios… por eso es importante que se definan cuáles son los proyectos que van a corto, mediano y largo plazo; la gente ya no puede ser susceptible de mentiras", opinó el también rector de la Universidad de Ciencias Jurídicas.
De ahí que solicitó a sus oponentes no engañar más a la sociedad con promesas sin cumplimiento y como mera estrategia electorera para ganar votos, y después defraudar la confianza de los ciudadanos.
Por cierto, hace años Cipriano Sotelo propuso incluir en el Código Penal el delito de Fraude Electoral o Político, que consiste básicamente en sancionar a aquellos candidatos que prometan algo y luego no lo cumplan.
Un dato curioso es que su boletín se intitula “PIDE CIPRIANO SOTELO YA NO MENTIRLE A LA SOCIEDAD” y comienza diciendo que “el candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca, Cipriano Sotelo…”, es decir ¡no dice de qué partido político es candidato!
Pudiera pensarse que es un error de su gente de prensa, pero hay otro detalle que nos confirma que esa es la estrategia. Si ustedes ven la publicidad de Cipriano Sotelo en los medallones de las combis del transporte colectivo, se darán cuenta que tampoco trae el logotipo del PRI.
Es decir, la estrategia de Cipriano es que la gente vote por él como persona, sin importar el partido político que lo está postulando. Es una estrategia que tiene sus pros y contras, y cuya eficacia sólo podremos medir el día de la votación.
Por una parte pretende hacer de lado todo el desprestigio que precede al partido que gobernó a este país los 70 años siguientes a la revolución mexicana, y mandar el mensaje que lo importante no es el membrete, sino la persona. Sin embargo, se arriesga a que el “voto duro” del tricolor, todas esas personas que su patrimonio se lo deben a los gobiernos priístas, las segundas y terceras generaciones de auténticos priístas (los juniors pues), no se sientan atraídos por su candidatura y opten por cualquier otra de las 23 ofertas que contendrá la papeleta.
Pero no es el único candidato que pide votar por la persona más que por el partido. Jorge Arizmendi insiste en cada una de sus reuniones con ciudadanos que lo importante es que llegue a la alcaldía un auténtico cuernavacense como él, sin importar las siglas. Y cómo no habría de pedirlo, si él proviene del desprestigiadísimo PRI en el que siempre militó y ahora está en el Partido de la Revolución Democrática, el partido que llevó a la gubernatura al tabasqueño Graco Ramírez, quien saqueó al estado y todavía pretendía quedarse otros seis años a través de su hijastro Rodrigo Gayosso.
Y qué podemos decir de su candidata a síndica, Ruth Margarita Arias Aceves, quien formó parte de la famosa coordinadora de movimientos sociales que encabezaba Gerardo Becerra Chávez y que su principal objetivo era lograr la caída del gobierno graquista. Hoy es perredista y odia a Gerardo Becerra.
Continuando con el tema de los candidatos, el abanderado de Movimiento Alternativa Social, el ex priísta Matías Nazario Morales, ya se anunció que sacará su lista de compromisos bajo el lema de “lo digo, lo firmo y lo cumplo”.
Entre estos está el reducir la estructura administrativa de plazas de confianza, mandos medios y superiores, eliminando aquellas áreas que no sean estrictamente necesarias para el desarrollo de la actividad municipal, pues se estima que la actual estructura administrativa puede reducirse hasta en un 40%, sin afectar la operatividad del ayuntamiento. Sí, pero no se la va a acabar con las protestas de los despedidos.
Asimismo, adelantó que se eliminarán los gastos de representación de los servidores públicos municipales y miembros del cabildo, tales como telefonía celular, viáticos, pago de comidas y gasolina, que advirtió que el ayuntamiento no tiene porqué cargar con los gastos personales de sus funcionarios. Hasta donde sabemos, el único funcionario que sigue teniendo viáticos es el alcalde, todos los demás ya no tienen.
Nazario Morales afirmó tajante que se eliminarán nominas confidenciales, partidas secretas o pago de compensaciones que solo sirven para eludir impuestos y dar una falsa imagen de austeridad, por lo que los salarios de los miembros del cabildo y funcionarios de primer nivel, serán únicamente aquellos que consten en el tabulador correspondiente. Tampoco existen ya.
Por su parte, el candidato en común de PAN-PSD, José Luis Urióstegui Salgado, aseguró que uno de los planteamientos que tienen los candidatos de dichos partidos, es reformar la Ley de Catastro Municipal para que de los impuestos prediales que se paguen, el 40 por ciento se destine directamente a la región que los paga.
Como dice el dicho, “de lengua me como un plato”. Recordemos que ya hubo un candidato del PAN (Marcos Manuel Suárez Gerard), que prometió “trabajar sin cobrar sueldo” y ni así convenció a los cuernavacenses de que votaran por él.
Veremos cuántas promesas más nos hacen los 18 candidatos de aquí al dos de junio. Lo bueno es que ya ninguno va a poder hacer la promesa de acabar con la inseguridad en 18 meses pues ya vimos que eso ni Graco Ramírez lo pudo hacer, y tampoco cumplió con irse en dos años si no lo lograba.
HASTA MAÑANA.