El primer distrito local que comprende las colonias del norte de Cuernavaca es muy importante para los 23 partidos políticos registrados ante el Instituto Morelense de Procesos Electorales y Participación Ciudadana (IMPEPAC), los cuales mandaron a sus mejores mujeres y hombres para tratar de obtener una curul en la próxima legislatura.
En la lista encontraremos nombres muy conocidos y otros no tanto, pero que estarán en las mismas condiciones de obtener la ansiada posición que hoy ocupa la diputada Alejandra Flores y que pretende conservar por tres años más a través de la candidatura de Morena.
Para bien o para mal la gente ya conoce a Ale Flores, la hija de don Marciano, de la colonia Lomas de Cortés. Estudió ciencias de la comunicación y su cargo más importante fue el de titular del área de Comunicación Social del Congreso Local. De ahí se subió a la ola morena y logró la diputación local donde tuvo un desempeño más que discreto.
Se le critica que cambió su forma de vida, que se hizo operaciones estéticas, que metió a trabajar al Congreso a su pareja y que hoy se traslada a bordo de una camioneta negra de lujo. Nada que no hayan hecho las diputadas de otros partidos políticos.
Por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) va Lisbeth Hernández Lecona, a quien conocemos desde que era estudiante en la Facultad de Derecho de la UAEM. La trayectoria de Lisbeth es un poco extraña, pues pasó de ser una empleada del Congreso Local a senadora de la República por seis años.
La razón es muy sencilla: la senaduría ya estaba asignada a Francisco Moreno Merino, pero éste tuvo que hacerse a un lado después de aquel penoso episodio en el congreso federal en el que dijo que no hay caballo que no tire a penco ni mujer que no tire a meretriz. Dada la premura de tiempo el CEN del PRI lanzó una orden: “necesitamos una persona que sea mujer (para tratar de saldar la afrenta del bocón machista) y que tenga sus papeles en orden ahorita”. Así fue como Lisbeth, que tenía todos sus papeles listos por si había la posibilidad de una candidatura local, llegó a un cargo por el que muchos luchan toda su vida.
Es bastante extraño porque pareciera que una máquina del tiempo la regresó a donde estaba anteriormente, y hoy va como candidata a diputada local, pero con la experiencia de haber sido senadora. Lamentablemente, su partido cada vez está más abajo.
El Partido de la Revolución Democrática manda también a una mujer excepcional y con mucha experiencia. La conocimos siendo presidenta municipal de Cuernavaca en el breve periodo en el que Alfonso Sandoval Camuñas la dejó como suplente para ir en busca de la diputación federal. Ha estado en cargos tan importantes como peligrosos, en el sistema penitenciario y en la Procuraduría del Menor. Sara Olivia Parra sería una excelente diputada.
Otra mujer a la que conocemos desde sus inicios es Mirna Zavala Zúñiga. La recordamos como secretaria de acuerdos de un Juzgado Penal cuando éstos se encontraban todavía junto a la vetusta Penitenciaría de la calle Atlacomulco. Se acercó al PAN y se ganó la confianza del jerarca Oscar Sergio Hernández Benítez, quien la mandó al Congreso y de ahí a lo que hoy es la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización. De ahí al IMIPE donde ocupó la presidencia y de ahí la perdimos de vista un tiempo hasta que reapareció como contralora en el gobierno municipal de Cuauhtémoc Blanco, y posteriormente secretaria de Administración del gobierno estatal.
Nada que ver con aquella muchacha sencilla que conocimos en los juzgados. Hoy busca ser diputada local y su principal ventaja es ser la candidata del partido en el gobierno, siendo esa misma característica su principal desventaja, según el cristal con que se mire.
Aunque hay más mujeres en la lista de candidatas, las antes mencionadas son las que tienen posibilidades de obtener la diputación, ya sea por el partido que las postula, o por su trayectoria personal.
Por cuanto a los varones, hay dos que tienen muchas posibilidades. El primero es Javier Bolaños Aguilar, de quien consideramos incluso que es una avaricia el pretender regresar al congreso local cuando ya fue diputado federal (y presidente del Congreso de la Unión, incluso) y que para muchos era el candidato perfecto a la gubernatura del estado por el PAN.
Se dice que fue una víctima más de los hermanos Terrazas, quienes lo movieron de la candidatura a gobernador (para dársela al doctor Caballero), le dieron la candidatura a presidente municipal pero lo dejaron solo. En esta ocasión los Terrazas le negaron la candidatura a diputado local, por lo que decidió unirse a su ex jefe Sergio Estrada en el proyecto de Fuerza por México.
La verdad es que no lo hemos visto hacer campaña, quizás confiado en que a lo largo de todos estos años ya tiene mucha gente que lo conoce y que va a votar por él, independientemente del partido que lo postule. A ver si es cierto.
El otro candidato al que le vemos posibilidades es Daniel Altafi Valladares, hijo de un inmigrante del Medio Oriente y una mexicana. Es gerente de Jardines de México, propiedad del empresario Víctor Sánchez, que en su momento fue el consentido de Graco Ramírez, sin que con esto pretendamos marcar una línea entre el ex gobernador y el hoy candidato.
Lo cierto es que el joven Altafi siempre ha tenido el apoyo de su jefe, el dueño de Jardines de México y varias empresas dedicadas a la venta de medicinas en México. De otra manera no nos podríamos explicar quién financió su campaña a diputado federal por la vía independiente en el 2018, y ahora su candidatura a través del Partido Nueva Alianza.
Seamos claros: la candidatura del PNA fue comprada. Recordemos que Daniel Altafi estuvo recorriendo el primer distrito sin portar ninguna sigla de partido. Estábamos seguros de que sería por Fuerza por México por el rosa mexicano de su chaleco, pero él mismo nos lo aclaró que no, que todavía no decidía por cual partido ir.
Al cuarto para las doce se registró como candidato por el Partido Nueva Alianza, el partido del Sindicato Nacional para los Trabajadores de la Educación (SNTE), y Daniel no es profesor. Además, es el único partido que anduvo ofreciendo las candidaturas al mejor postor.
Si Altafi gana este domingo, habrá sido un negocio redondo para todos: el empresario Víctor Sánchez tendrá un representante en el Congreso, Nueva Alianza recibiría una buena cantidad de votos para meter una plurinominal, y Daniel sería un excelente legislador.
Para hacer la presente columna nos basamos en la lista oficial que aparece en la página de Internet del IMPEPAC, pero algo no nos cuadra: Alejandra Flores Espinoza aparece dos veces, una como candidata de Morena y otra como candidata del Partido del Trabajo.
Todos hemos visto a Moctezuma Serrato hacer campaña, de hecho con muchas posibilidades de atraer el voto femenino, pero por alguna extraña circunstancia (que seguramente tiene que ver con el maquiavelismo de las personas que dirigen el partido) no aparece en las listas del IMPEPAC.
Ayer mismo lo consulté con el ex futbolista y me dijo que sí viene en la boleta. Ojalá sea así, porque Moctezuma no solamente es un reconocido deportista que ha puesto en alto el nombre de Morelos a nivel internacional, sino también un excelente ser humano que se ha ganado el aprecio de los jóvenes y los “chavorrucos”.
HASTA MAÑANA.