“Si me va a venir ese hombre a asesinar, que me asesine aquí enfrente para vergüenza del gobierno”, decía Marisela Escobedo cuando mantenía un plantón frente al Palacio de Gobierno del estado de Chihuahua en demanda de que las autoridades detuvieran a Sergio Barraza, homicida confeso de su hija. Escobedo fue asesinada el 16 de diciembre del 2010 en ese lugar.
Salvo que la Fiscalía General de Justicia pueda acreditar otro móvil, todo parece indicar que la muerte de Ana Luisa Garduño Juárez, el pasado jueves en el municipio de Temixco, fue para que no siguiera persiguiendo a Eduardo Villalobos Villanueva, quien el 12 de diciembre de 2012 asesinó a su hija Ana Karen.
Ambas mujeres tienen una característica común: convirtieron una tragedia en una forma de ayudar a más personas que están sufriendo lo mismo. Y dieron la vida por ello.
Hasta antes de ese diciembre de 2012 Ana Luisa Garduño era una mujer como cualquier otra, con un esposo y unos hijos. Pero el 12 de diciembre de ese año al volver a su casa encontraron a Ana Karen, su hija de 17 años, en medio de un charco de sangre. La necropsia reveló que recibió tres balazos calibre 45 en cara, tórax y abdomen.
Desde el principio el único sospechoso fue un joven al que conoció por Xbox y que se hizo su amigo y después su novio. Vivía en Guadalajara y durante algunos meses estuvo viniendo cada 15 días. Tenía 23 años y era ingeniero en sistemas.
Al principio aparentaba ser muy amable y de buena familia, pero después se tornó posesivo, por lo que Ana Karen “lo cortó”. Entonces se convirtió en su peor enemigo, pues la hostigaba y utilizaba sus conocimientos en computación para “hackearle” todas sus comunicaciones.
Y ocurrió lo que en muchos casos: el novio violento se convirtió en feminicida. A partir de ese momento Ana Luisa emprendió una lucha social y jurídica en busca de justicia para Ana Karen su hija pero a la fecha su asesinato permanece impune debido a que no ha sido detenido el responsable.
Entre las vicisitudes que tuvo que enfrentar el matrimonio Huicochea Garduño, fue que el fiscal de feminicidios de la Fiscalía General, Julio Ernesto Silvar García, les solicitara recursos para trasladarse al estado de Jalisco a buscar y detener a Eduardo Villalobos Villanueva.
Tras denunciarlo en medios de comunicación, la Fiscalía a cargo de Rodrigo Dorantes buscó afanosamente al feminicida sin pedir ya dinero, pero a Eduardo Villalobos “se lo tragó la tierra”.
El ser víctima de un delito la hizo conocer a otras mujeres que perdieron a seres queridos y convertirse en activista social. Fundó los colectivos “Ana Karen Vive” y “Justicia por Morelos A. C.” desde donde apoyó a varias familias víctimas de distintos delitos.
Colaboró activamente en la exhumación de cuerpos en las fosas irregulares de Tetelcingo y Jojutla, además de la identificación genética, traslado e inhumación de cuerpos que se encontraban en los Servicios Médicos Forenses de la entidad.
Estudió y se tituló como licenciada en Derecho en la Universidad de Ciencias Jurídicas. Hasta su muerte, como activista y abogada, daba acompañamiento a varios casos de feminicidio.
Incluso el 21 de enero del 2021, Ana Luisa junto con otras 71 personas, entre ellas Amalia Hernández, tía de Oliver Wenceslao, caso por el salió a la luz pública las Fosas de Tetelcingo, inició una queja ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHEM) en contra del Comité Técnico del Fideicomiso del Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación Integral del Estado de Morelos, por obstaculizar el pago de ayuda, asistencia y compensación a las víctimas, instruido y aprobado por la Comisión de Atención y Reparación a Víctimas Morelos (CARVM), según publicó la reportera Estrella Pedroza.
En el caso de Ana Luisa, le negaron el apoyo para la educación de su hijo y de asistencia de salud para Martín Huicochea, padre de Ana Karen, quien padecía de diabetes y falleció por covid el año pasado.
Ante la falta de ingresos, Ana Karen puso un bar en el centro de Temixco, mismo que ella atendía personalmente. De acuerdo a testimonios, los hombres armados arribaron a las inmediaciones y primero asaltaron a una persona cercana a Ana Luisa y tras entregar sus pertenencias la víctima logró escapar para solicitar apoyo. Los atacantes ingresaron al bar y minutos después dispararon contra Ana Luisa, quien perdió la vida casi al instante.
"Al interior del restaurante bar “Apolo XI”, ubicado sobre la calle Álvaro Obregón esquina Venustiano Carranza, en la colonia Centro del municipio de Temixco, se ubicó en el área de caja el cuerpo sin vida de quien fue identificada como Ana Luisa “N” de 51 años de edad, quien presentaba lesiones penetrantes a consecuencia de disparos de arma de fuego", informó la Comisión Estatal de Seguridad Pública.
No podemos asegurar con toda certeza que el feminicida de su hija haya sido también el victimario de Ana Luisa. En un municipio con alto índice de asaltos a mano armada, en altas horas de la noche, no se podría descartar que sea un ladronzuelo que sólo quería llevarse la cuenta del día.
También, es un secreto a voces que en ese municipio los grupos de la delincuencia organizada se están “peleando la plaza” y prueba de ello es que una noche antes se registró una balacera sin precedentes en colonias ubicadas al oriente de Temixco.
No olvidemos que Gisela Mota (hija de la actual presidenta municipal) fue asesinada en el primer día de su administración por un comando armado que llegó hasta su domicilio y que le reclamó haber entregado la concesión de grúas a otro grupo contrario.
Quien esto escribe no descartaría la posibilidad de que el cobarde crimen haya tenido como fin el desacreditar al actual gobierno del estado, pues ya son varios los activistas, tanto ambientales como líderes sociales, los que han sido ultimados sin que hasta el momento la Fiscalía General de Justicia haya resuelto ninguno.
Sin embargo, lo único innegable es que el principal beneficiado con que Ana Luisa ya no esté con vida es el propio Eduardo Villalobos, pues con la ausencia de los padres de Ana Karen, no habrá quién esté presionando a las autoridades para que se haga justicia.
HASTA MAÑANA.