Ayer el presidente municipal de Cuernavaca José Luis Urióstegui Salgado lanzó un mensaje que debe ser entendido por quienes laboran en el Ayuntamiento de Cuernavaca y que cobra relevancia después de que se filtrara un documento según el cual Protección Civil había advertido que el hoy famoso puente colgante del Paseo Ribereño no debía ser utilizado.
“No era inevitable pasar por ahí, y yo todavía no sé qué persona fue la que indujo a pasar por este puente colgante. A eso es a donde se puede concretar parte de la responsabilidad”, dijo en la tercera entrevista que da sobre el lamentable incidente del pasado martes 7 de junio.
Cuestionado sobre si en algún momento alguien le pidió autorización para hacer uso del puente, el alcalde dijo que no. Explicó que cada área del Ayuntamiento tiene una competencia y cada una debe desarrollar proyectos y ejecutarlos, por lo que a él sólo le informaron que se estaba haciendo algún trabajo en el Paseo Ribereño tendiente a reabrirlo al uso de la comunidad”.
Y lanzó la advertencia: “tendrá que haber sanciones indudablemente, en decisiones que corresponden a la administración municipal”, es decir, independientes al resultado de las investigaciones que ya realizan las Fiscalías General de Justicia y la de Combate a la Corrupción.
En otros tiempos, a estas alturas ya habría media docena de renuncias en el escritorio del presidente municipal, pero no lo hacen porque se creen protegidos por el partido que llevó a la alcaldía a Urióstegui Salgado.
¿De quién era el proyecto de reapertura del Paseo Ribereño, tanto que lo anunciaba constantemente con “bombo y platillo”?
¿A quién va dirigido el documento firmado por la coordinadora de Protección Civil en el que informa que el parque no puede ser “reaperturado” en esas condiciones?
Ahí estamos hablando de negligencia al reabrir un sitio que a todas luces resulta peligroso para la población, en aras del lucimiento personal sin importar el riesgo de los demás.
Pero luego viene la imprudencia de la que ha venido hablando el alcalde desde los primeros minutos después del percance. Fue imprudente el funcionario que, habiendo otra ruta para salir de la barranca, condujo a la comitiva por un puente de madera que tiene más de 20 años de existencia.
Y todavía más imprudentes, los servidores públicos que se pusieron a saltar como adolescentes, y que ante las súplicas de las regidoras para que no lo siguieran haciendo, seguían brincoteando muy divertidos.
En el video que se hizo viral sólo se ve a Rodrigo Quintana saltar a manera de broma cuando va pasando el presidente municipal, incluso se queda colgado de los cables que sirven de pasamanos. Sin embargo, a decir de los que iban más adelante, no fue el único. Les parecía divertido que las mujeres se espantaran y les pidieran que ya no brincaran más.
A esa imprudencia se refiere José Luis Urióstegui y él sabe quiénes fueron. A Rodrigo Quintana no lo puede correr porque fue electo por los habitantes de Amatitlán, pero ni una disculpa ha salido de su boca, ni tampoco del regidor que quiso recordar sus tiempos de estudiante de Secundaria.
Quien decidió que el alcalde y su comitiva cruzaran el puente debería tener el valor civil de decirle a Urióstegui: “Yo soy el responsable y pongo a su consideración mi renuncia”. Pero no lo van a hacer, se esperarán a ser despedidos y después demandarán al municipio.
Paco Guerrero Garro, quien fuera fundador de La Jornada y que alguna vez dirigió La Jornada Morelos, escribió en su muro de Facebook que “Urióstegui es un hombre que nunca muestra cólera en público; se cuida muy bien de no hacer señalamientos o acusaciones en contra de sus colaboradores o de su cabildo, antepone amabilidad y cordialidad al enfrentamiento por necesario que este sea, no toma decisiones radicales por imperantes que estas sean, no quisiera decir que por no tener el coraje de tomarlas, sino por exceso de prudencia, y esto es precisamente lo que ya está empezando a corroer a su gobierno internamente, ya que muchos de sus colaboradores e integrantes de su cabildo han tomado la prudencia de Urióstegui como debilidad y han empezado a actuar por la libre dando pie a que ya se señalen actos de corrupción por parte de estos”.
Y agrega:
“Me gustaría ver a Cuernavaca regresar a ser lo que era, es posible, pero para eso, hoy ante la viscosa cauda de enemigos, intereses creados, envidias e intrigas, que sufre el presidente municipal José Luis Urióstegui, si este no disciplina y atora radicalmente a quienes quieren gobernar encima de él o a escondidas de él, su presidencia municipal podría comprometerse y truncar su carrera política que hoy parece tener un futuro alentador”.
Dice el dicho que “no hay mal que por bien no venga”, y quizás este penoso incidente le sirva a José Luis para darse cuenta quién es quién en su gabinete, y hacer los ajustes necesarios.
Y también les servirá a las regidoras y los regidores a quienes les encanta aparecer en las fotografías y en todos los actos públicos van bien pegaditos al alcalde. A ver si ahora aprenden que ser un buen regidor no significa que parezcan guaruras del presidente municipal, aunque tengan la facha.
Muy bien la estrategia de recuperar la figura del vocero oficial en la persona de Guillermo Correa Gómez, quien tiene la experiencia adquirida en décadas de trabajo en radio y televisión.
Y parece que ahora sí entenderá el alcalde que cuando se le recomienda incrementar su seguridad no es porque tenga muchos enemigos de quién cuidarse, sino precisamente por este tipo de percances inesperados. En el accidente del martes afortunadamente se contó con el apoyo de la Benemérita Cruz Roja que tenía todas sus ambulancias disponibles, pero bueno hubiera sido que el municipio contara con su propio cuerpo de paramédicos.
El martes llegaron hasta soldados al parque donde ocurrió la desgracia, cuando lo que se necesitaban eran camillas para trasladar a los heridos. Los policías de Alicia Vázquez Luna sólo acudieron a pelearse con los compañeros de la prensa.
Pero quien considero que actuó por vil protagonismo (no iba a perderse la oportunidad de aprovechar los reflectores nacionales) fue el fiscal anticorrupción, Juan Salazar Núñez, quien dice a través de su investigador estrella, Edgar Núñez Urquiza, que citará a comparecer a todos los que intervinieron en las obras financiadas por el Fidecomp, cuando ya quedó claro que el puentecito de madera, al que sólo le invirtieron 20 mil pesos provenientes de la iniciativa privada, quedó al margen de los recursos aportados por el Ejecutivo estatal.
HASTA EL LUNES.