Los mexicanos tenemos una especial devoción por nuestros seres queridos que ya no están en este mundo, lo que se ve reflejado cada año en las celebraciones del Día de Muertos. Ahora, imagínese que el panteón donde usted -estimado lector o lectora- tiene los restos de sus padres y hermanos, por cuestiones internas no se le permite entrar a visitar sus tumbas. ¿Increíble verdad?
Esa es la problemática que sufren varias familias que adquirieron lotes en lo que antes se llamaba Bosques de la Vida Eterna, en Tezoyuca, municipio de Emiliano Zapata, y que hoy se denomina Mundo Celestial, propiedad del norteamericano Jeffrey Michael Masso de Gomar. Ellas pagaron la adquisición de servicios funerarios a futuro y hoy no se los quieren reconocer.
Pero hay un caso en particular, el de la señora Sonia Carrillo Ávila, que se está ventilando en el Juzgado Menor de Jiutepec, que es mucho más triste, porque ella sí tiene familiares enterrados en ese lugar, y el propietario le dice que si quiere tener acceso al panteón, tiene que volver a pagar el costo del terreno, además de las cuotas de mantenimiento que se han ido acumulando.
Para ella todo inició en 2009, cuando se dejaron llevar por un anuncio en televisión que mostraba un hermoso bosque donde a cualquiera le gustaría pasar la eternidad, o bien, tener ahí los restos de sus seres queridos. “Bosques de la Vida Eterna”, se llamaba el panteón particular, por lo que acudieron a visitar los terrenos ubicados en Tepetzingo, municipio de Emiliano Zapata.
Ahí conocieron a Jeffrey, mejor conocido como “El Gringo”, quien les contó de las bondades de los servicios funerarios que ofrecía. Convencidos de que estaban haciendo una buena inversión a futuro, varios miembros de la familia adquirieron lotes.
La señora Sonia Carrilla Ávila adquirió el paquete denominado “Renacimiento 1”, que consistía en una fosa dúplex con dos servicios funerarios en el sector dúplex premier oro, fila G, lote 6, a un precio de 52 mil pesos.
Para ello signaron un “contrato de prestación de servicios funerarios y compraventa de derecho de uso para el depósito y manejo de restos humanos a futuro”, cuya copia obra en poder de este columnista, mismo que firma, en calidad de representante legal de la mencionada empresa, Jeffrey Michael Masso de Gomar.
En dicho documento, Jeffrey Michael Masso declara que Bosques de la Vida Eterna S.A. de C.V. es una sociedad mercantil legalmente constituida y con la capacidad jurídica para contratar en virtud de que reúne las condiciones legales, técnicas y económicas para obligarse según consta en escritura pública número 76,964 de fecha 13 de noviembre de 2003 otorgada ante la fe del notario público número 75 del Distrito Federal e inscrita en el Registro Público de la Propiedad y el Comercio.
Asimismo, dice que es titular de la autorización del proyecto para panteón en el predio denominado “El Cerro”, de acuerdo al acta de la sesión ordinaria de Cabildo del Gobierno Municipal celebrada el 26 de septiembre del 2003, según oficio SG/89/2003 del H. Ayuntamiento de Emiliano Zapata.
“La empresa, por este medio, vende los derechos funerarios a futuro que más adelante se describen y que se amparan con la emisión de un certificado funerario al recibir del titular la totalidad de pago de los servicios aquí contratados. Por su parte, el titular compra para sí los derechos funerarios a futuro así como la adquisición a perpetuidad de la fosa o nicho descritos a continuación”, dice el contrato.
Agrega que la empresa se compromete con el titular a brindar todos los servicios contratados a partir de la firma y condiciones estipuladas en el presente contrato y se obliga a terminar la primera fase de construcción del panteón en un plazo no mayor al 31 de diciembre del año 2007. Las demás etapas pendientes de construcción se irán desarrollando conforme se vayan efectuando la venta de los servicios, en el entendido de que en todo momento la empresa proporcionará los servicios objeto del presente contrato en todas y cada una de sus etapas.
Hasta ahí todo parecía estar en regla. Lamentablemente la señora Sonia se vio en la necesidad de usar el panteón en 2014, cuando fallece su señor padre y al año siguiente su señora madre. Un hermano también fue inhumado pero en otro lote propiedad de la misma familia.
Todavía el 10 de mayo de 2016 acudió toda la familia a celebrar el día de la madre en Bosques de la Vida Eterna, como se acostumbra en México. Sin embargo, posteriormente unos familiares provenientes de Amacuzac quisieron visitar las tumbas y ya no los dejaron entrar.
Al acudir con “el gringo” que les vendió los lotes, simplemente les contestó que “ustedes no contrataron conmigo, por lo tanto no tienen derecho a entrar”. Desde ese año no han podido visitar las tumbas de sus familiares, sobre todo porque iniciaron un juicio en el Juzgado Menor Mixto de la cuarta demarcación y ahora deben esperar a que la jueza dicte la resolución.
La pandemia que originó el cierre de tribunales prácticamente paralizó el juicio civil y después vinieron las vacaciones del Tribunal Superior de Justicia. El tiempo sigue pasando y la señora Sonia Carrillo no puede visitar la tumba de sus padres y de su hermano.
Al parecer hubo un conflicto interno entre socios lo que originó la desaparición de Bosques de la Vida Eterna y la aparición de Mundo Celestial, pero el dueño sigue siendo Jeffrey Michael Masso, quien no quiere reconocer el contrato de la señora Sonia Carrillo no obstante que ahí está estampada su firma.
La señora Carrillo no es la única afectada, sin embargo, el norteamericano se ha visto beneficiado con la tardanza en la impartición de justicia, pues mucha gente ya no quiso seguir insistiendo en la devolución de su dinero e incluso algunas fallecieron de covid.
Por cierto, si quiere conocer al tal Jeffrey, sólo ponga el siguiente link: https://fb.watch/cxpZKPGwMW/ y lo verá en uno de sus constantes arranques de prepotencia y agresividad.
HASTA MAÑANA.