El empresario Arnulfo Montes Cuén estaba fuera de sí. “Por favor retírense”, le dijo a los reporteros a los que había convocado al restaurante Los Arcos para anunciar que un despacho de “expertos en daño moral” prepara sendas denuncias contra comunicadores que lo han señalado como autor de diversos delitos.
Lo que no le gustó a Arnulfo es que los periodistas le comenzaron a recordar acontecimientos que quizás sus acompañantes en turno —los consejeros de Morena Eloy Cruz y María de la Luz Villa Figueroa—, así como un grupo de “acarreados”, ni sabían.
Por ejemplo, de cuando fue acusado por un grupo de empresarios de Estados Unidos de haberlos defraudado con la venta de unas máquinas potabilizadoras de agua; o aquella vez que lo acusaron de que se estaba quedando con una parte de las becas de los Jóvenes Construyendo el Futuro a través de su empresa Iwet.
En aquella ocasión, Montes Cuen también citó a conferencia de prensa para despotricar en contra de su adversario en turno: Rabindranath Salazar Solorio. Ahí están los videos donde dice: : “En el ayuntamiento de Zacatepec hay una denuncia presentada por la alcaldesa hace dos meses, en donde denuncian, que el coordinador del programa en el municipio que puso (Miguel Ángel ) Rabadán, se está quedando con más de mil tarjetas de jóvenes, sacan el dinero cada 15 días y se lo reparten entre Rabadan y Rabin, y empezaron a salir problemas de todo tipo, en Temixco ya aparecieron otros 500 jóvenes igual, Cuautla, Yautepec tienen otros jóvenes en la misma situación”.
Y ¿quién cree que aparece últimamente en todas sus fotografías que sube a Facebook? Efectivamente: el coordinador general de Política y Gobierno de AMLO.
Conocemos ampliamente al sonorense avecindado en Morelos desde que salió huyendo de su estado natal porque los panistas le reclamaban 27 millones de pesos que le habían dado para “hacer una CNC azul”. Una vez se lo llevaron detenido, pero volvió a los pocos años.
Nos conocimos cuando éramos “compañeros de causa” pues a ambos no nos querían el gobernador Graco Ramírez y el alcalde de Jiutepec, Manolo Agüero. Y ¿Qué creen? Con ambos se fotografió años más tarde como candidato a diputado federal.
Arnulfo tiene una obsesión por ser representante popular y nunca lo ha logrado. Ha comprado candidaturas en prácticamente todos los partidos conocidos y con todos ha salido mal porque “le dan la mano y se agarra el pie”, como se dice vulgarmente.
En 2015 compró una candidatura para ser candidato a diputado federal por el PRI. Se registró como precandidato pero a última hora lo dejaron fuera. De último minuto logró la candidatura del Partido Humanista a la diputación federal por el distrito que abarca Jiutepec, Temixco y Zapata. A las 14 horas de aquel 7 de junio Arnulfo ya se sentía ganador pues sus operadores le habían informado que la gente que estaban “ayudando” a llegar a las casillas la mayoría había sufragado por él.
Pero por la tarde las cifras del INE le demostraron que alguien le había mentido. Le ganó Javier García Chávez “El Gato”, del Partido de la Revolución Democrática. Luego intentó quedarse con el Partido Humanista, pero no pudo quitárselo a Jesús Escamilla.
En 2017 pactó con Ignacio Pinacho, dirigente nacional de “Vamos Juntos”, y Francisco de la Garza, presidente nacional de Responsables por México AC, para ser candidato independiente a gobernador, pero al final ya no se registró.
En 2018 contendió bajo las siglas del Partido del Sol Azteca y, como siempre, perdió. Desde entonces cambió de estrategia y ahora se dedica a financiar candidatos. No sabemos de dónde obtiene su dinero, pero el hecho es que nunca se le acaba para regalar despensas, acarrear gente, “maicear” a líderes de colonias y —su último hobbie— organizar convivios con “carnita asada”.
Fue así como logró conquistar al arquitecto Eloy Cruz Cruz y a María de la Luz Villa, financiándoles toda su campaña como consejeros de Morena. Ya con los nombramientos en la mano, los trata prácticamente como sus empleados.
A la señora, quien al final quedó como secretaria de Organización de Morena-Morelos, la obligó a que le firmara un nombramiento como coordinador de estructuras de la Secretaría de Organización, un cargo que no existe. Con ese documento Arnulfo ha creado una especie de “Morena dentro de Morena”.
La última puntada que se aventó fue abrirle las puertas de Morena a Julio Espín, el polémico expresidente municipal de Puente de Ixtla, quien como diputado fue el artífice de la creación de un fideicomiso con el cual se repartieron decenas de millones de pesos entre los legisladores del PRD que “regenteaba” Rodrigo Gayosso.
Ahora se dice que es “el coordinador de la campaña de Adán Augusto López” en Morelos, y ya comenzó a “sembrar” en los eventos multitudinarios a personas con cartulinas que llevan la leyenda “Montes Cuén para Senador”.
Con lo que no contaba es que alguien muy cercano a la dirigencia nacional le pasó una tarjetita a “Lord Molécula” el famoso adulador que ya hasta su personaje tiene en la parodia televisiva, y lo exhibió en “La Mañanera” frente al presidente de la República.
Eso hizo que Arnulfo montara en cólera y anunciara la conferencia de prensa de ayer, en la que “agarró parejo” a los medios de comunicación. Mencionó a Lord Molécula (quien sí dijo en su alocución que tiene denuncias por fraude y abuso sexual) y a otros medios de comunicación como La Unión de Morelos donde se ha hecho una cobertura normal de lo que ocurre al interior de Morena.
En su intento de monólogo Arnulfo Montes evidenció su ignorancia jurídica, al confundir la Ley Reglamentaria del Artículo 6, párrafo primero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de derecho de réplica, que se tramita ante un Juzgado de Distrito, con una demanda por daño moral que se hace ante un juzgado civil. Las “denuncias por daño moral” no existen en la legislación vigente.
Así que ofrecemos a Arnulfo Montes Cuén el presente espacio para que ejerza su derecho de réplica sólo por cuanto se ha expresado en esta columna.
HASTA MAÑANA.