“De manera repentina y sin mi consentimiento, me abrazó fuertemente y me susurró al oído: si quieres te puedo dar la plaza definitiva, ya sabes que aquí todo se paga, me debes la plaza del N48, pero con una salida a un hotelito me pagarías todo”.
Lo anterior es parte de una denuncia penal por hostigamiento sexual y queja administrativa ante el órgano interno de control de la institución federal en agravio de una servidora pública que optó por jubilarse para no seguir sufriendo el acoso de su superior jerárquico.
La carpeta de investigación está registrada con el numeral SC01/7908/2022 en la Fiscalía Especial de Delitos Sexuales de la Fiscalía General del Estado, pero no daremos el nombre de la mujer acosada para evitar la revictimización; tampoco los datos personales del denunciado para evitar alguna demanda por daño moral de las que están de moda, y mucho menos la institución donde ocurrieron los hechos porque consideramos que en ella la generalidad de médicos y funcionarios son gente respetable, y no por unos cuantos vamos a perjudicar la imagen de todos.
En su escrito de denuncia, Ivonne (nombre ficticio que le asignaremos) dice que con fecha 9 de enero de 1995 ingresó a laborar en la institución con el puesto de pasante de enfermería, motivo por el cual le asignaron la matrícula 11010215, tal como se acredita con la credencial de trabajadora.
“Posteriormente, a base de preparación, esfuerzo y trabajo, logré ascender en el escalafón de la rama de enfermería, ocupando los puestos de enfermera general, enfermera jefe de piso, subjefe de enfermeras, hasta que en el mes de marzo de 2022, asumí de manera interina el cargo de coordinadora delegacional de Enfermería en Salud Pública”, explica la denunciante.
De acuerdo con el organigrama de dicho instituto, Ivonne se encontraba laborando subordinada al Médico Julio César N, quien ocupa el cargo de jefe de Servicio de Prestaciones Médica, en las mismas oficinas delegacionales en las que ella se desempeñaba, motivo por el cual debía estar en constante comunicación con el hoy denunciado, ya que debía rendirle informes periódicamente de las actividades que ella realizaba, así como el avance de las que dicha persona le encomendaba.
“Siendo aproximadamente las 09 horas del 28 de marzo de 2022, y una vez que concluyó la multicitada reunión mañanera, los coordinadores delegacionales que asistieron a la misma comenzaron a retirarse de la oficina del denunciado, al tiempo que el Dr. Julio César, desde su lugar les pidió que al salir cerraran la puerta, y al quedarnos la suscrita y el denunciado solos en su oficina, le pregunté: ya puedo hablar con usted, a lo que me respondió: Espérame a que envíe el correo que estoy escribiendo, esto desde la computadora de su escritorio”.
Estuvieron platicando por Whatsapp en torno a cuestiones del trabajo, y ella le comentó que se iba a inscribir para concursar al puesto N46, que es la Coordinación de Supervisión.
“Te recuerdo que yo te traje para ocupar un puesto, pero no te quito las ganas de inscribirte”, le escribió por Whatsapp.
“Acto seguido, el denunciado se levantó de su asiento, caminó alrededor de su escritorio y se dirigió hacia donde la suscrita me encontraba de pie, por lo que giré todo mi cuerpo 90 grados hacia mi derecha para mirarlo de frente, fue entonces cuando al estar el denunciado cerca de la suscrita, de manera repentina y sin mi consentimiento, me abrazó fuertemente y colocó sus manos en mi espalda, y en razón de que el denunciado es una persona corpulenta, mis brazos y manos quedaron inmovilizados, hecho lo anterior me susurró al oído lo siguiente: pero si quieres te puedo dar la definitiva de la plaza a concursar, ya sabes que aquí todo se paga, además me debes la plaza del N48, pero con una salida a un hotelito me pagarías todo”.
“En ese instante reaccioné y le dije: suélteme por favor, cómo se atreve, y al no soltarme comencé a forcejear con el denunciado para zafarme de sus brazos y acto seguido lo empujé con mis manos y le dije: Yo a usted no le debo nada, fue el jefe Jaime Martínez quien me propuso para ocupar su lugar y acepté porque el jefe tenía problemas familiares.
“Esta reacción no le agradó al denunciado, ya que en tono molesto me respondió: De aquí en adelante olvídate de que te apoye, porque yo sólo apoyo a los que me obedecen, además, aquí yo soy el jefe, firmo y dejo de firmar lo que yo quiera”.
Refiere la denunciante que desde el 28 de marzo de 2022 en que acontecieron los hechos aquí mencionados, ella ha vivido con un malestar y desgaste emocional que repercute en su salud mental y física, por lo que se ha visto orillada a asistir a terapias psicológicas ante el mismo Instituto, ya que ha vivido con el temor fundado de que el denunciado pudiera reincidir en su conducta de hostigamiento sexual o inclusive atentar contra su integridad física o la de su familia, por lo que tomó la decisión de tramitar su pensión por años de servicio.
Finalmente, dijo que tiene conocimiento de que no es la única víctima de hostigamiento sexual por parte del doctor Julio César, ya que hay por lo menos otros cinco casos similares, sin contar aquellos en que las víctimas sí accedieron a sus pretensiones.
Y cómo ocurre en la mayoría de los casos, la carpeta de investigación SC01/7908/2022 permanece sin avance aparente en la Fiscalía General del Estado, y también en el órgano interno de la institución donde ocurrieron los hechos.
El hostigamiento sexual fue una costumbre muy enraizada en los tres niveles de gobierno, incluso se llegó a tomar como “normal” que para ascender de puesto las mujeres debían pagar con “cuerpomatic”. Es vergonzoso, pero es parte de nuestra realidad, aceptada incluso por el sector femenino.
Sin embargo, es una costumbre que debe exterminarse ya de las instituciones de todos los niveles de la administración pública.
Urge una nueva cultura del respeto a la mujer por parte del género masculino, y en la medida en que haya más mujeres como Ivonne, que denuncian este tipo de hechos, se terminarán los “machitos” como el doctor Julio César que toman a las féminas como cosas que se pueden usar y desechar.
HASTA MAÑANA.