El pasado viernes 24 de marzo, Gustavo Urquiza Beltrán, rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), rindió su Quinto Informe de Actividades correspondiente al periodo 2021-2022, en sesión Solemne del Consejo Universitario realizada en el auditorio Emiliano Zapata del Campus Norte y transmitida a través de la página electrónica y redes sociales institucionales.
El evento fue sobrio y discreto, como la personalidad del rector. Sin afanes protagónicos, sin escándalos tras de sí, el ingeniero industrial que llegó de Culiacán hace varias décadas, espera pacientemente a que termine su periodo sexenal para continuar —suponemos— su carrera en la academia.
Nada que ver con sus antecesores que tenían aspiraciones políticas y que utilizaron el presupuesto universitario para hacerse publicidad. El caso extremo fue el tristemente célebre Alejandro Vera Jiménez, hoy prófugo de la justicia por haber desviado millones de pesos a través de la llamada “Estafa Maestra” y dejar endeudada a la máxima casa de estudios.
Muy lamentable que uno de los rubros que presumió Gustavo Urquiza en su informe fue que la actual deuda representa un tercio del déficit total inicial y que en noviembre del año pasado se terminó de pagar el crédito bancario con Interacciones que ilegalmente solicitó el rector Vera Jiménez. Es decir, que en lugar de resaltar nuevas obras, lo más relevante sea que ya se debe menos de lo que le heredaron.
En su discurso, Urquiza Beltrán recordó que en diciembre de 2017 asumió la Rectoría en medio de una crisis generada por el sismo de septiembre, la falta de recursos financieros y el enfrentamiento de su antecesor con el Ejecutivo.
“El panorama exigía emprender todas las estrategias necesarias, pensando siempre en ustedes, jóvenes universitarios. La defensa del derecho a la educación de calidad de nuestros estudiantes es el objetivo. Para ejercer la alta responsabilidad que se me confirió hace cinco años, he puesto a disposición de la UAEM toda la capacidad, honestidad, energía, lucidez, emociones y tiempo que han estado a mi alcance”, dijo.
Hoy no podemos decir que la UAEM esté en sus mejores momentos pero por lo menos tampoco está inmersa en una crisis.
Según los indicadores académicos de la SEP, la UAEM se mantiene como una de las diez mejores universidades públicas estatales a nivel nacional. En nivel licenciatura se cuenta con el 95.5% de su programas educativos con reconocimiento de calidad: del total de 64 programas evaluables, cincuenta de ellos cuentan con el reconocimiento de acreditación por parte de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES); y catorce tienen el reconocimiento por parte del Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES).
Dos de estos programas cuentan con un reconocimiento internacional, la Licenciatura en Médico Cirujano y el de Ingeniería Química. Por otra parte, el 79.3% de los programas de nivel posgrado, son reconocidos por el Sistema Nacional de Posgrados del CONACyT, antes Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), y dos de estos programas cuentan con reconocimiento internacional, la Maestría en Ciencias y el Doctorado en Ingeniería y Ciencias Aplicadas. Se cuenta con un total de 292 Profesores Investigadores de Tiempo Completo, y el 67% de ellos tienen reconocimiento por el Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Asimismo, el 60.4% de los cuerpos académicos se encuentran consolidados, por lo que la UAEM se ubica en el segundo lugar a nivel nacional en este rubro.
Con estos logros académicos y administrativos la universidad se posiciona en los primeros lugares del Consorcio de Universidades Mexicanas (CUMex) y que también le permiten ser integrante activo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y la reciente incorporación al Consejo Nacional para la Coordinación Nacional de la Educación Superior (CONACES), al Consorcio de Instituciones de Educación Superior para el Desarrollo de las Personas Mexicanas en el Exterior (CIESDEMEX), y de la Asociación Mexicana de Responsables de la Estandarización de la Información Administrativa y Financiera en las Instituciones de Educación Superior AC (AMEREIAF), entre otras asociaciones académicas y científicas.
Algo que no dijo Gustavo Urquiza, pero que debemos destacar, es la estabilidad que prevalece al interior de la comunidad universitaria, es decir, que no hay hasta este momento conflictos con los sindicatos ni con los estudiantes. Aquí también hay que reconocer el liderazgo del dirigente de los trabajadores académicos, Mario Cortés Montes, así como del presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Morelos, César Alejandro González Mejía.
Imposible no comparar la actual situación del Rector con su antecesor que hace seis años estaba peleadísimo con el gobernador del estado, Graco Ramírez, y con los diputados leales al gobierno. En su informe de Urquiza estuvo presente el gobernador Cuauhtémoc Blanco, y las diputadas y diputados, tanto locales como federales, así como los sectores más representativos de la entidad.
Tiene mucho que ver en eso el carácter de Gustavo, quien siempre ha privilegiado el diálogo (alguna vez casi servía de referee en un altercado entre un funcionario y un alcalde) en lugar de la confrontación. Eso quedó de manifiesto en el asunto de la Facultad de Derecho, en el que una juez de Distrito ordenó que se emitiera una convocatoria sólo para mujeres. Ya algunos asesores habían elaborado el recurso correspondiente con amplias posibilidades de ganarlo, pero Gustavo prefirió allanarse y dejar que se aplicara el criterio (desde nuestro punto de vista absurdo) ordenado por la justicia federal.
Hoy, hay algunas personas que sugieren que se siga este mismo criterio y que la convocatoria que deberá salir publicada en la segunda semana de septiembre sea dirigida exclusivamente a mujeres. No estamos de acuerdo. Nuestra humilde opinión —para todos los casos— es que los cargos públicos no deben estar regidos por una absurda regla de paridad de género.
El próximo rector o rectora debe ser aquel hombre o mujer que reúna el mejor perfil y la preparación necesaria para enfrentar los retos que están por venir en el ámbito universitario.
“Nuestra gestión es solo una estación de paso en el largo ciclo y futuro promisorio que le deseo a nuestra entrañable y querida UAEM”, dijo Urquiza Beltrán y como despedida agregó una cita de Gabriela Mistral: “La educación es el pilar en el que se basa una vida productiva, es la herramienta espiritual que más utilizamos”.
Sin aspavientos, con un perfil bajo como el que debe observar un rector surgido de la academia, Gustavo Urquiza Beltrán puede irse con la satisfacción del deber cumplido.
HASTA MAÑANA.