En los últimos días han ocurrido acontecimientos que dejan muy mal parado al grupo de 15 diputadas y diputados de la actual legislatura: por un lado, el revés del Tribunal Estatal Electoral con respecto a la situación legal del diputado Arturo Pérez Flores, y por otro, las graves acusaciones de una ex trabajadora de la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización (ESAF) en el sentido de que el diputado Alejandro Martínez Bermúdez se quedaba con parte de su salario.
Como ya se informó oportunamente, las tres mujeres que conforman el Tribunal Estatal Electoral, se armaron de valor y ordenaron al Congreso local restituir al diputado Arturo Pérez Flores como presidente de la Junta Política y de Gobierno, en un plazo no mayor de 48 horas, luego de que surta efecto la notificación legal respectiva.
De la misma forma, las tres magistradas del TEEM amonestaron a los integrantes del Pleno Legislativo por el incumplimiento de la sentencia a favor de Pérez Flores del pasado 15 de diciembre de 2022.
En caso de incumplimiento de la sentencia emitida este jueves, las tres magistradas advirtieron que impondrán una multa de cuando menos 1,000 UMAS (aproximadamente 103 mil pesos) a cada uno de las y los diputados integrantes la LV Legislatura.
Por otro lado, el cuerpo colegiado que encabeza la magistrada Martha Elena Mejía, dio a conocer que el presidente del Congreso de Morelos Francisco Sánchez Zavala y los diputados de Morena Alejandro Martínez, Paola Cruz y Macrina Vallejo deberán ser inscritos en el Registro Nacional de Personas Sancionadas por Violencia Política por Razón de Género y, de quedar firme la sentencia del Tribunal Estatal Electoral (TEEM), podrían no ser candidatos en la próxima elección.
La sentencia del 28 de marzo determinó que estos cuatro legisladores dieron reiteradamente un trato diferenciado y discriminatorio a su propia homóloga, Mirna Zavala Zúñiga, a quien, a pesar de haber cumplido los requisitos en tiempo y forma, fue rechazada de la fracción parlamentaria morenista, contrario al trato recibido por Alberto Sánchez Ortega -quien llegó al Congreso bajo las siglas del PRI- a quien le fue aceptada su incorporación a la bancada guinda sin ninguna objeción.
Con base en lo anterior, el tribunal local electoral dio vista al Instituto Nacional Electoral (INE) para las personas antes mencionadas sean inscritas en el Registro Nacional de Personas Sancionadas por Violencia Política por Razón de Género, y el órgano administrativo electoral determine la temporalidad en dicho registro.
El TEEM dio 48 horas al Congreso para dar cumplimiento a su sentencia que ordenó la incorporación de la diputada Mirna Zavala a la bancada morenista, revocó la integración de Alberto Sánchez a la fracción parlamentaria de la 4T y ordenó repetir el proceso para determinar su aceptación o no la bancada; que también ordena el reconocimiento de Arturo Pérez Flores como líder de la bancada guinda y la redistribución de las comisiones y comités legislativos con base en los principios constitucionales de paridad e igualdad de género, la cual deberá reflejarse en la integración y las presidencia de los órganos legislativos.
Desde nuestra perspectiva consideramos que es muy difícil que el G15 deje de adoptar esa actitud de soberbia y “valemadrismo”, así que pronosticamos que tratarán de simular que se allanan en lo jurídico, pero en los hechos seguirán tratando de imponer su superioridad numérica. La tozudez de Francisco Sánchez Zavala ha quedado demostrada en varios momentos de la presente legislatura, es un hombre ignorante de las leyes pero que además cree que sí sabe y actúa como tal.
El caso de Alejandro Martínez Bermúdez es patético. El todavía presidente de la Junta Política y de Gobierno en el Congreso del Estado de Morelos es señalado por una de sus ex colaboradoras de haberle quitado parte de su salario durante el tiempo que ha estado trabajando en la Entidad Superior de Fiscalización.
“Me decía que cada que me depositaran yo tenía que irlo a ver, en este caso me acompañaba mi papá, mi esposo o mi hijo a llevarlo. Él no me recibía el dinero en la calle, me esperaba y me decía: pásale, hasta que yo pasaba adentro de su casa me recibía el dinero”, relató Sandra Lagunas, quien agregó que cuando se negó a seguirlE pagando fue despedida, aun cuando, de acuerdo con su jefa, su desempeño como trabajadora cumplía con las expectativas, y al intentar defender a Sandra, su jefa también fue liquidada.
Cuestionado sobre estas acusaciones, Alejandro Martínez comentó que una mujer que era su colaboradora en su momento se le apoyo para trabajar en la ESAF, pero a finales del 2022 se dio la restructuración del organismo, con lo que se dio una renovación de personal.
El pasado mes de febrero, en el inicio del segundo periodo de sesiones, fue designado presidente de la Junta Política y de Gobierno, y su excolaboradora, al tener parentesco con uno de los agremiados de la asociación cívica “Gustavo Salgado” se le acercó para exigirle que sea reincorporada en la ESAF.
“Me exigen, me quieren extorsionar, métela, métala porque tú tienes el poder, es un proceso, efectivamente otras circunstancias, en ese momento se requería una renovación del ESAF”, expuso el diputado local. Sin embargo, nunca desmintió que le exigiera cinco mil pesos como “moche” por haberle conseguido el trabajo.
No es nada nuevo. Desgraciadamente es una costumbre muy arraigada en todos los partidos que ha servido para enriquecer rápidamente a los nuevos legisladores, tanto hombres como mujeres, y la necesidad hace que la mayoría caiga en ese tipo de corrupción.
No hay que olvidar que Alejandro Martínez llegó a la Cámara de Diputados “de chiripazo”, pues venía como suplente en la fórmula del partido Morena con Ulises Pardo Bastida como titular, pero al detectar que el ex alcalde de Huitzilac se hizo pasar por indígena para lograr la diputación, el Tribunal Estatal Electoral lo bajó de la contienda, quedando Alejandro, quien tampoco es indígena pero se autoadscribió como tal para lograr sus propósitos.
Irónicamente, hoy, con una posición económica que jamás se imaginó que tendría, lucha por aparentar que no es indígena, vistiendo ropas de las mejores marcas y viajando a bordo de vehículos de lujo, haciéndose acompañar de bellas mujeres que lo asesoran en todo, pues él no tiene instrucción escolar alguna (o al menos no la difunde en la información pública de oficio del Congreso).
Una situación muy similar a la de Macrina Vallejo, quien —con todo respeto— tiene una doble personalidad: la de mujer nativa de Cuentepec, con huaraches y mandil, y la de diputada con poder, de tacones y bolsa de marca.
Esos son nuestros diputados que nos “representan”.
HASTA EL LUNES.