Tan grave es que un peligroso delincuente vuelva a las calles gracias a una jueza “garantista” como que la Fiscalía General del Estado haya pretendido fabricarle un delito a un muchacho de 22 años al que ya “balconeó” en los medios de comunicación. En eso se resume lo que ocurrió ayer, cuando una jueza de control dictó auto de libertad a Luis Alberto, acusado de participar en el homicidio de los hermanos Luis Enrique y Luis Javier, así como la joven Noemí Guadalupe.
La sociedad morelense había encontrado un poco de alivio tras conocerse que la Fiscalía General de Justicia del Estado logró la detención de uno de los sujetos que habían perpetrado el doble homicidio y feminicidio en la comunidad “Fierro del Toro” del municipio de Huitzilac, cuyos cadáveres fueron localizados el pasado 14 de abril, con evidentes huellas de tortura.
El boletín informativo emitido por la Fiscalía, en el que presumían que “derivado de las investigaciones de campo y gabinete realizadas”, se solicitó y obtuvo de la autoridad judicial órdenes de cateo en dos domicilios, en uno de los cuales “fueron localizados indicios relacionados con el asesinato de los tres jóvenes” nos hizo pensar que habría justicia contra esos desalmados.
Incluso, en el comunicado al que le anexaron una fotografía del presunto delincuente, se aseguraba que “de acuerdo a los datos de inteligencia obtenidos, se establece que Luis Alberto “N” alias El Diablo, pertenece a un grupo delictivo que opera en los poblados de Tres Marías, Parres, Fierro del Toro, y Lagunas de Zempoala, quien se encuentra relacionado en otros hechos delictivos, como el robo de vehículo, tala clandestina y secuestro”.
Pues todo eso (casi queríamos pedirle perdón al fiscal por haber dudado de él), se vino abajo ayer cuando nos enteramos de que la jueza Alejandra Trejo Reséndiz resolvió no vincular a proceso penal a Luis Alberto y ordenó dar vista del caso a la Fiscalía General de la República por la omisión de la representación social en los homicidios de las tres personas.
¿Cómo es posible? ¿Otro ridículo de la Fiscalía como en el caso de los supuestos homicidas de Bildmart?
Pero no solamente se trata del auto de libertad, sino que, en la audiencia, la defensora pública Griselda Álvarez dijo a la jueza que la Fiscalía nunca informó a Luis Alberto que era investigado, y la información que obtuvo de él fue violando su derecho a la no autoincriminación, por ese motivo pidió la no vinculación a proceso penal.
La juzgadora Alejandra Trejo consideró que la Fiscalía actuó mal porque desde un principio, la prueba que presentó “nació de un acto nulo”, una prueba ilícita que fue utilizada en perjuicio de Luis Alberto y pone en duda la actuación de la autoridad ministerial, porque pudo haber sido “sembrada” en el domicilio para incriminarlo.
Hoy sabemos que las famosas “investigaciones de campo y gabinete” de nuestra Policía de Investigación Criminal, no son más que acusaciones recabadas de llamadas anónimas que pueden ser ciertas o inventadas.
En este caso, trascendió que un agente de la Policía de Investigación Criminal confirmó que Luis Alberto se encontraba internado en el Hospital General “José G. Parres”, de Cuernavaca, luego de que el domingo 16 de abril ingresó de emergencia, herido por un disparo de arma de fuego en la cabeza. Eso no decía el boletín de la Fiscalía.
El agente entrevistó a Luis Alberto, en calidad de víctima y así obtuvo la dirección de un domicilio, en donde posteriormente realizó un cateo y encontró el monedero y una credencial de Noemí Guadalupe, por ese motivo la Fiscalía pidió una orden de aprehensión en contra de Luis Alberto.
Eso es gravísimo. La jueza está suponiendo que alguien de la Fiscalía “sembró” esos objetos en la casa de la hermana del imputado. Imagine el riesgo que corremos cualquiera de nosotros de que entren a nuestras casas y nos siembren una evidencia para acusarnos de cualquier delito.
Es tan grave, que la juzgadora ordenó dar vista a la Fiscalía General de la República para que inicie una investigación por la probable omisión de la Fiscalía de Morelos en la investigación de los asesinatos de los empleados del Instituto Nacional de Salud Pública.
Hasta ayer a las siete de la noche esperábamos que la Fiscalía nos sorprendiera con un “Luis Alberto fue detenido a la salida de los juzgados de Atlacholoaya, esta vez acusado de secuestro, tala clandestina y varios delitos más”. Pero no. Hasta el cierre de nuestra columna no había llegado ninguna reacción por parte de la oficina de Comunicación del Fiscal. Suponemos que hoy miércoles saldrá con que “interpondremos el recurso de apelación”.
Por si no fuera suficiente, escuchamos ayer en el noticiero de Pepe Montes una entrevista con el presidente municipal de Huitzilac, Rafael Vargas, quien prácticamente se desentiende de la seguridad de ese territorio bajo el argumento de que el ayuntamiento firmó un convenio de Mando Coordinado con la Comisión Estatal de Seguridad Pública y la autopista y carretera federal es responsabilidad de la Federación. ¿Y entonces qué hace el municipio?
El vicealmirante Antonio Ortíz Guarneros es tan buena persona que a veces peca de sincero, y no se da cuenta que hay cosas que —aunque sean ciertas— no se pueden decir. Ya una vez le pasó en una entrevista sobre el tema de la forma de vestir de las mujeres, y la semana pasada se aventó una declaración que se hizo viral: recomendó a los automovilistas que usan las carreteras de Huitzilac a no detenerse para nada ni siquiera a plena luz del día, so pena de ser víctimas de un delito.
Menos mal que se compadeció de quienes viven de proveer de quesadillas a los miles de paseantes que van de México a Acapulco y viceversa: "Deténganse en los restaurantes, pero no en la carretera”, declaró.
En resumen, todo mal con lo que ocurre en Huitzilac. Por una parte está siendo saqueada por los talamontes, los bosques se están acabando y no hay quien ponga freno a esa devastación. Por otra parte, ya vimos que hay secuestros express, asaltos, secuestros, violaciones, tanto en la carretera que viene del estado de México (Lagunas de Zempoala), como en la carretera libre a la CDMX y ahora hasta en la autopista del Sol.
Y nadie hace nada.
HASTA MAÑANA.