Siempre hemos sostenido que el mérito de Meggie Salgado es su capacidad de reunir en un mismo sitio a personas de las ideologías más disímbolas y los temperamentos más extremos. Y el pasado viernes lo volvió a hacer, al reunir en el Centro de Convenciones Teopanzolco a mas de 300 personas cuya única característica en común es haber nacido o residir en la capital de Morelos.
En lo que llamó “El reencuentro”, acudieron hombres y mujeres, en su mayoría de nivel socioeconómico medio y alto y de escolaridad universitaria hacia arriba, artistas, intelectuales, empresarios, que acudieron voluntariamente con una sola intención: rescatar Cuernavaca.
Ahí estaban los que nacieron en Cuernavaca, los que eligieron esta ciudad como su lugar de residencia y los que se fueron por muchos años a estudiar o a trabajar pero que hoy regresan a tratar de hacer algo en su estado natal.
Una ciudad que está a una hora de la capital del país, y a 300 kilómetros del principal puerto turístico, debería ser una de las ciudades más bonitas, pero algo ha sucedido que no es así y cada tres o seis años buscamos la causa o al responsable; si fue el del azul o el amarillo o el guinda o el rojo etc. etc.,
Sin embargo, a decir de Meggie Salgado, no queremos ver que los causantes de esto somos nosotros, sí, las y los ciudadanos que hemos abandonado a nuestra ciudad, “la hemos dejado a su suerte permitiendo que sean unas cuantas personas decidan y lleven el rumbo o no lo lleven de acuerdo a su ánimo, a su visión y a veces a sus ocurrencias o pleitos de partido”.
“El problema no son sólo los gobiernos, el problema somos nosotros que no hemos entendido que somos más que colores, que ciertamente los vehículos para una representación en las elecciones son los partidos, pero resulta que esos partidos a veces se han vendido para perder y nuestra ciudad y nuestro estado han perdido con ellos”, agregó.
Y coincidimos plenamente cuando dice que mientras estamos discutiendo si somos chairos o fifís otras ciudades y países en el mundo se están organizando para enfrentar los retos que plantea el cambio climático o están trabajando en proyectos de tecnología, de turismo, educación o economía y aquí no hemos sido capaces ni de hacer un recolector de agua.
Siempre he dicho que no hay que inventar el hilo negro, lo que tenemos es que ver qué ha funcionado en otras ciudades de nuestro país y del mundo.
Tenemos el segundo lugar en Centros de investigación en el país, hay gente brillante viviendo aquí, somos cuna de talentos en todos los ámbitos y todas las generaciones; aquí han nacido o vivido personajes como Vicente Gandía, Gutierre Tibón, Jorge Cázares, Víctor Manuel Contreras, Capulina… quí sigue viviendo Elsa Aguirre, y muchos más.
Siguiendo con los talentos y orgullos más recientes aquí nació y vive Yuya, que es una joven empresaria con muchos millones de seguidores en redes sociales; Alan Saucedo con varios premios Grammy; Nico Célis con grandes premios por la película Roma, artistas, intelectuales, investigadores.
En su discurso del viernes, Meggie Salgado dijo que lo que tenemos que hacer es articularnos, “entender que ningún proyecto económico, social o de ningún tipo prospera en lo individual si el colectivo que nos rodea está mal, vivimos ocupados en nuestro trabajo y atrás de una barda, cada vez más temerosos y más limitadas nuestras actividades, no podemos seguir con esta inseguridad que va de la mano de la economía y del deterioro de nuestro estado y ciudad, de nuestro patrimonio y calidad de vida; más allá de nuestras diferencias debemos trabajar en nuestras coincidencias porque es en nuestra unión como ciudadanía que radica nuestra fuerza”.
¿Cuál fue el propósito de este evento?
“Hoy estamos aquí para conectarnos, para retomar nuestros valores, nuestros ideales, para tejer puentes y ver en qué podemos apoyarnos, vendernos, comprarnos, hacer sinergia. Estamos aquí para recordar y. reencontrarnos como amigos, pero también como sociedad; para que no nos tome la vida por sorpresa sin tener un rumbo y una visión de lo que queremos y merecemos para Cuernavaca, para Morelos porque sabemos que las mejores ciudades no tienen a los mejores gobernantes, tienen a las y los mejores ciudadanos”.
Hasta ahí el discurso de la hija de Juan Salgado Brito y presidenta de la Fundación “Mi Ciudad”. Siendo autocríticos, no hemos tenido el cambio con la rapidez que los cuernavacenses esperábamos, a pesar de los esfuerzos del actual gobierno municipal.
Los acontecimientos de los últimos días no reflejan para nada la seguridad que todos quisiéramos.
El otro problema es el ambulantaje. Ayer el alcalde José Luis Urióstegui Salgado reveló que en tres ocasiones los propietarios de comercios establecidos o semifijos han amedrentado a los inspectores del Ayuntamiento hasta con pistolas.
La verdad es que cada día hay más comerciantes ambulantes: vendedores de barbacoa en los sitios más inimaginables; comerciantes provenientes de otras entidades vendiendo artesanías en zonas residenciales; y lo último: gente que utiliza los camellones para ofrecer diversos productos.
Cada vez que vemos gente que instala su puesto de comida debajo de un árbol, o que se estaciona en una calle y pone sus productos sobre la cajuela de su vehículo pensamos: “Qué bueno que no están robando, sino ganándose el pan de cada día honradamente”.
Pero ¿qué pasaría si eso mismo hiciéramos todos? ¿Cómo estaría nuestra ciudad?
HASTA MAÑANA.